Las recientes actas de la Reserva Federal de Estados Unidos han puesto de manifiesto un interesante debate interno sobre la política de tipos de interés. En la reunión del 30 de julio, la mayoría del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) decidió mantener los tipos en el rango del 4,25% al 4,50%, priorizando los riesgos inflacionistas sobre los del mercado laboral. Sin embargo, Michelle Bowman y Christopher Waller se destacaron al defender una reducción de un cuarto de punto, argumentando que podría ser beneficioso para la economía.

El contexto no es sencillo. La inflación ha superado el 2% durante un periodo prolongado, lo que genera preocupación sobre la posibilidad de que las expectativas de inflación a largo plazo se desanclen. Este escenario ha llevado a la mayoría del FOMC a considerar que los riesgos inflacionistas son más urgentes que los del mercado laboral, que aunque se encuentra en ralentización, sigue siendo "sólido". Esta postura contrasta con la de Bowman y Waller, quienes ven en la reducción de tipos una oportunidad para estimular la economía.

La discusión se enmarca en una tensión política más amplia, con el presidente de la Fed, Jerome Powell, enfrentándose a las presiones del expresidente Donald Trump, quien aboga por una política monetaria más laxa. Cabe destacar que Bowman fue nominada por Trump, y Waller es considerado un posible sucesor de Powell cuando su mandato expire en 2026. Estas dinámicas políticas añaden una capa adicional de complejidad al debate sobre la política de tipos de interés en Estados Unidos.