El bloque de organizaciones gremiales conocido como la Mesa Sindical volvió a fustigar los datos oficiales sobre inflación, que ubicaron en 1,9% el registro de agosto. En esta ocasión no solo apuntaron a la estadística, sino que contextualizaron su mensaje en el marco posterior a las elecciones bonaerenses.Para esos sindicatos, alineados en diferentes centrales obreras, la crítica trasciende lo técnico: además de insistir en la “percepción popular” de baja en el consumo y corrosión salarial, advirtieron que el resultado de las urnas refleja el rechazo social al destrato económico y político del gobierno libertario hacia las mayorías.La Mesa Sindical reiteró su pedido de reparación salarial del 20% para todos los trabajadores y trabajadoras, jubilados y pensionados. El objetivo, explicaron, es “reparar la diferencia existente entre la inflación oficial del gobierno y la inflación real de los últimos 18 meses, junto con el retorno de las paritarias libres”.

“El trabalenguas traba lenguas”

En su comunicado, la Mesa Sindical sostuvo que el 1,9% de inflación “no hace más creíble al Gobierno, los aleja de las mayorías que los sufren”. Y agregaron: “Nuestras economías familiares sienten otra inflación. Es simple, no requiere explicaciones estadísticas muy complejas: consumimos menos y gastamos más. Es decir, cada vez nos cuesta más comprar lo mismo”.Según denunciaron, para llegar al valor inflacionario de agosto las mediciones oficiales toman parámetros de gasto “como si viviéramos en el año 2004”. A esto sumaron el “esfuerzo denodado de gobernantes y algunos medios de comunicación por desviar las razones y alcances de semejante diferencia”, una estrategia que, según expresaron a BAE Negocios, pretende “convencer de que la suba del dólar casi no tiene incidencia en los precios, que los aumentos en góndola son producto de nuestra imaginación, que los servicios públicos suben estacionalmente solo porque gastamos más y no porque se autorizaron incrementos mensuales, que los alquileres suben porque son libres, y que las tasas de interés no impactan en la actividad económica”.

Entre las organizaciones firmantes se encuentran la Federación de Aceiteros (FTCIODyARA), ATE, la Asociación de Pilotos (APLA), la Federación Judicial Argentina (FJA), la Asociación del Personal Jerárquico de Bancos Oficiales (APJBO), la Asociación del Personal Jerárquico de la Industria del Gas (APJGas), CTERA, la Asociación Judicial Bonaerense (AJB) y otros sindicatos de alcance nacional y provincial.

“Recuerdo una vez, en un viejo pais”

“El domingo 7 de septiembre el pueblo bonaerense habló con claridad. En pocas semanas tendremos otra demostración de voluntad popular. Esto va de mal en peor y las mayorías eligen la vía democrática para expresar su hartazgo. Tanto el voto como la protesta callejera y el ejercicio del derecho constitucional de huelga”, señaló la Mesa Sindical.Dirigentes que participaron en la redacción del documento reconocieron a este diario que el efecto buscado con sus pronunciamientos no tiene la inmediatez que alcanzan las redes sociales. Incluso admiten que explicar por qué sectores de trabajadores del ámbito privado y del Estado apoyaron a La Libertad Avanza es un desafío que marca el rumbo inmediato de su labor política y sindical.“La crisis de representación no es un capricho de los intelectuales y también alcanza a nuestras organizaciones”, confió un referente de la mesa. En ese sentido, admiten que toman referencias de debates más amplios, como las definiciones que la ex ministra de Trabajo Kelly Olmos brindó a este medio sobre la asociación automática de corrupción con el peronismo, expresadas incluso antes del escándalo de presuntas coimas que golpea a la Casa Rosada.En cuanto a los tiempos de construcción, asumieron que “incrementar la toma de conciencia no es instantáneo ni grato, pero es imprescindible”. Una reflexión que coincide con lo expresado por la UGATT en su último documento: “Nuestros representados, los trabajadores, nos reclaman respuestas concretas ante la coyuntura”.La Mesa Sindical se va consolidando como un espacio de convergencia intersindical donde confluyen gremios de distintas ramas y centrales. Su discurso más crítico respecto del gobierno contrasta con la línea dialoguista de la conducción cegetista y busca proyectar un perfil opositor definido.Al mismo tiempo, los documentos que emite este bloque deben leerse como parte de una estrategia sindical y política en vísperas de las elecciones. Su énfasis no solo está en lo económico —la pérdida de poder adquisitivo y la demanda de recomposición— sino también en el terreno de la representación y la legitimidad, en medio de la crisis de confianza que atraviesa al sistema político.