La "Operación Lava Jato" destruyó 4,4 millones de empleos sólo en Brasil
La cuestionada presunta ofensiva anticorrupción en el sector petrolero brasileño tuvo un fuerte costo para la economía y la producción de ese país
Lava Jato, la promocionada operación que prometió combatir la corrupción en el sector del petróleo y el gas de Brasil, y que impulsó varias carreras políticas como la del ex fiscal y hoy senador Sergio Moro, tuvo un alto costo para la economía brasileña, que perdió 4,44 millones de puestos de trabajo entre 2014 y 2017 y vio caer el Producto Interno Bruto (PIB) un 3,6% en el mismo periodo.
En tanto que de 2015 a 2018, en pleno auge del operativo, las mayores constructoras brasileñas perdieron el 85% de sus ingresos.
Las conclusiones surgen de dos estudios que analizaron el impacto económico de Lava Jato, que celebra su décimo aniversario, informa la Agencia Brasil. El primero, del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos (Dieese), monitoreó los efectos de 2014 a 2017 en los sectores directa e indirectamente afectados por la operación. El segundo, realizado por las Universidades Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y Estadual de Río de Janeiro (Uerj), relevó las consecuencias para las empresas constructoras y la industria pesada.
El estudio de la UFRJ y de la Uerj estimó en R$ 142 mil millones (28.400 millones de dólares) las pérdidas en los sectores de la construcción civil, la industria naval, la ingeniería pesada y la industria metalmecánica. No obstante, los efectos se multiplicaron más allá de los sectores directamente investigados por la operación y que tuvieron que celebrar acuerdos de culpabilidad y de indulgencia.
Miles de millones perdidosSegún el Dieese, de los 4,44 millones de empleos perdidos, 2,05 millones ocurrieron en sectores y cadenas productivas directamente afectados por la operación Lava Jato. Los 2,39 millones de empleos restantes fueron destruidos en sectores que se vieron perjudicados por la caída del ingreso y el consumo, como el comercio, el transporte y la alimentación.
Y es que menos empleo e ingresos se traducen inevitablemente en menores inversiones. El estudio del Dieese estima que Lava Jato redujo las inversiones públicas y privadas en R$ 172.200 millones (34.440 millones de dólares) entre 2014 y 2017. El segmento más afectado fue la construcción civil, con una pérdida de R$ 35.900 millones, seguido del comercio (R$ 30.900 millones); extracción de petróleo y gas, incluidos sectores de apoyo (R$ 29.200 millones); actividades inmobiliarias (R$ 22 mil millones); e intermediación financiera, seguros y pensiones complementarias (R$ 17.500 millones).
“Nuestro estudio abordó el impacto en cadena, porque los sectores de la economía están interconectados y las pérdidas en un segmento pueden extenderse a toda la economía”, explicó a la Agencia Brasil el director técnico del Dieese, Fausto Augusto Junior. La entidad utilizó la técnica de la matriz insumo-producto, que registra los flujos de bienes y servicios y demuestra las relaciones intersectoriales dentro del sistema económico de un país.
ImpuestosDe la mano de la destrucción de puestos de trabajo, la masa salarial cayó 85.400 millones de reales (17.080 millones de dólares) entre 2014 y 2017. Una economía que emplea, invierte y produce menos paga menos impuestos. Durante el período analizado, el gobierno dejó de recaudar R$ 47.400 millones en impuestos y R$ 20.300 millones en contribuciones a la Seguridad Social y al Fondo de Garantía del Tiempo de Servicio (FGTS).
El director del Dieese agrega que los efectos de Lava Jato no sólo se manifestaron en los sectores directamente vinculados, sino con la disrupción de tecnologías en la cadena de producción de petróleo y gas y en la construcción civil que harían evolucionar la economía brasileña en el mediano y largo plazo.
“En medio de todo esto, también perdimos lo que llamamos inteligencia de ingeniería. Los ingenieros no han desaparecido, están ahí, pero los grandes equipos han sido desmantelados. Incluso con la inversión que llega, llevará tiempo reconstruir estos equipos. Es posible que algunos ni siquiera se puedan volver a montar porque Lava Jato dejó un legado de desorganización en nuestra industria de infraestructura”, afirma.
PlanificaciónEn el décimo aniversario de Lava Jato, la reestructuración de los segmentos afectados por la operación representa el mayor desafío. Incluso con la recuperación de la economía brasileña y las promesas de inversión y diversificación de actividades en Petrobras, la falta de inversión en los últimos años ha perjudicado a la empresa estatal.
“A raíz del Lava Jato, Petrobras, bajo el gobierno [del expresidente] Michel Temer, se concentró en su actividad principal, la extracción de petróleo y gas, dejando de lado las inversiones en refinación y tecnología para priorizar la maximización del beneficio por accionista. La empresa pasó a guiarse por la perspectiva de generar beneficios en el corto plazo y distribuirlos entre los accionistas”, explica el profesor Luiz Fernando de Paula.
Según el especialista de la UFRJ y de la Uerj, Petrobras todavía tiene chances de recuperar la planificación de largo plazo, e invertir en la transición ecológica mientras busca retomar la construcción de la Refinería Abreu e Lima, en Pernambuco, obras que fueron interrupmpidas en 2015 debido al Lava Jato.