La UIA, entre el disgusto y la necesidad de reconstruir los puentes con el Gobierno

Sin ocultar la decepción por la ausencia de Milei y Caputo, los dirigentes de la UIA admitieron que no hay otra salida que recomponer la relación con el Gobierno, al que le advirtieron que las consecuencias de la apertura económica comenzaron a hacerse notar en algunos sectores y se corre el riesgo de que se extienda al resto

mebatiz

El millar de empresarios fabriles que se dio cita en el Centro de Convenciones Buenos Aires no pudo ocultar hoy su desagrado por la ausencia del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo, los dos principales invitados a la trigésima edición de la Conferencia que organiza todos los años la Unión Industrial Argentina (UIA).

El desplante del Gobierno fue el tema de consulta ineludible de todos los periodistas que concurrieron al encuentro y lo primero que tuvo que responder el presidente de la entidad anfitriona, Daniel Funes de Rioja, quien prefirió resaltar la convocatoria a dirigentes sectoriales y directivos de la industria, al asegurar que “podemos estar vacíos de muchas cosas, pero este encuentro está lleno de representación empresaria”.

El recuerdo de las declaraciones de Milei el 2 de septiembre en la sede de la UIA de la Avenida de Mayo, en una de las celebraciones del Día de la Industria más agria en el acervo de la entidad, no pasó por alto a la mayor parte de los concurrentes, en especial su advertencia sobre las empresas que “quedarán en el camino”.

 

Limar asperezas

Pero el mal trago de las ausencias del presidente y el jefe del Palacio de Hacienda pudo superarse más rápido de lo esperado: primero, el presidente de la Conferencia, Martín Rappallini, confirmó que Caputo recibirá la semana próxima a la plana mayor de la UIA. Y luego, el secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo, anunció el pronto envío al Congreso del proyecto de ley de Promoción de Inversiones Industriales.

Las dos noticias ayudaron a compensar una jornada que apuntaba a ser una de las más adversas desde que a mediados de la década del ’90 comenzaron a realizarse las conferencias industriales, en la que diferentes representantes de los sectores fabriles dieron a conocer sus puntos de vista a Bae Negocios.

 

Los testimonios de la industria

 

“No queda otro camino que el diálogo”, admitió el ex vicepresidente de la UIA y director de Celulosa Argentina, José Urtubey, quien destacó que “el empresariado tiene la mejor disposición y el Gobierno tiene que entender que contará con nosotros cuando el panorama se complique”.

En ese sentido, alertó que “hay muchas empresas, muchos sectores industriales que comenzarán a padecer el desequilibrio que causarán estas medidas que se están tomando en favor de la importación. Incluso el agro tendrá problemas”, indicó.

Por su parte, Emilio Echegorri, de la Cámara de Industriales Metalúrgicos y Componentes de Córdoba, consideró que “la industria tiene problemas de competitividad evidentes, pero de ninguna manera impulsamos una devaluación, porque ya la experiencia nos enseñó que de esa manera no mejoramos la competitividad”.

Echegorri instó a “bajar impuestos y simplificar la estructura tributaria, no solo a escala nacional” y protestó porque “este año pudimos observar cómo varias provincias y municipios elevaron la carga tributaria”.

 

Diferencias internas

Pero las discrepancias no se limitan a la relación entre la dirigencia empresaria y los funcionarios, según lo planteado por Sergio Vacca, de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario.

“Hay que entender que la UIA es una entidad muy compleja y no todos sus integrantes tienen los mismos objetivos. Un productor de bienes de capital quiere que los envases se produzcan en el país y a lo mejor el que hace dulce de leche lo quiere importar”, describió.

Es por eso que las posturas no son uniformes y a veces cuesta arribar a una decisión que conforme a todos: “las pymes tienen una postura más reactiva ante las actitudes del Gobierno y las grandes empresas son más propensas al diálogo”, reconoció.

 

Los costos de la estabilidad

 

Lejos de los propósitos conciliadores, el director ejecutivo de la Fundación Observatorio Pyme, Federico Poli, señaló: “Aplaudo la estabilidad y la desaceleración de la inflación, pero hay que prestar atención a qué costo se está logrando. La destrucción de empleo es alarmante”, sostuvo, al tiempo que acotó que “desde el gobierno quieren aprovechar el envión positivo de la baja de la inflación, habrá que ver hasta cuándo dura”.

Por último, consideró que “no se puede hacer una comparación con otras épocas, debido al cambio estructural que supone la aparición de vetas como el sale gas y las energías renovables”, que inciden en una apreciación del tipo de cambio que complica la resto de la economía.

Más de un dilema a sumar al temario del encuentro que la semana que viene tendrá Caputo con los dirigentes de la UIA, en un intento por reconstruir los puentes que hasta esta mañana parecían imposibles de volver a transitar.

 

Esta nota habla de: