DEPORTE

La actividad física te hace más inteligente, según estudios

Dos investigaciones concluyeron en la importancia de realizar actividad física para mejorar el desarrollo cognitivo y prevenir enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Aseguran que seis minutos de entrenamiento duro son más que suficientes 

BAE Negocios

Hacer actividad física es fundamental para la salud. Desde chicos los padres y madres buscan que sus hijos adquieran el hábito de hacer deporte, no por una cuestión de estética, sino de salud, más en un contexto donde las redes sociales, el trabajo remoto y los videojuegos apuntan a un mundo cada vez más sedentario. Sin embargo, romper con eso no solo es beneficioso para el cuerpo, sino también para la mente y el aprendizaje, ya que solo seis minutos diarios de actividad proporcionarían beneficios significativos para la mente

Dos estudios científicos, que contaron con datos de casi 350.000 personas, demostraron que hacer ejercicio permite pensar con mayor agudeza y mejorar la capacidad cognitiva en todas las etapas de la vida, además de prevenir enfermedades relacionadas con el deterioro del funcionamiento cerebral como el Alzheimer.

Ambos relevamientos fueron publicados por por la revista Scientific Reports y recopilados por la escritora especializada en fitness Gretchen Reynolds en su columna "Your move" en The Washington Post

 

 

Una de las investigaciones demostró que a través la actividad física regular, el ADN de las personas se podía modificar para conducir a un pensamiento mucho más agudo, mientras que el otro estudio descubrió que solo seis minutos de esfuerzo extenuante quintuplicaban la producción de un neuroquímico esencial para la salud cerebral. 

El supervisor de una de las investigaciones y profesor asociado de la Universidad de Ottawa en Canadá Matthieu Boisgontier señaló que ambos análisis "refuerzan la idea de que sin duda, el ejercicio es una de las mejores cosas que se pueden hacer por el cerebro".

Un shot de energía para el cerebro 

Una de las investigaciones tuvo como protagonista a un neurotrófico derivado del cerebro o BDNF, a también denominado "Miracle-Gro", que estimula la creación y maduración de nuevas células cerebrales y refuerza la sinapsis de las neuronas, además de aumentar la masa cerebral. 

Esta sustancia se encontró en mayor cantidad en las personas más activas, tal como sucedía con los primeros estudios con ratones de laboratorio. En estos experimentos, los animales activos que corrían obtenían puntuaciones mucho más altas en las pruebas de inteligencia comparados con los roedores sedentarios.

Cualquier lugar y momento es bueno para ejercitarse

En el caso del estudio realizado en humanos, quedó demostrado que el ejercicio también aumentaba los niveles de BDNF en el torrente sanguíneo, aunque es más difícil observar el interior del cerebro y ver si aumenta.

Por otra parte, la práctica de ejercicio físico mejora la memoria y la capacidad de pensar, así como disminuye el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Primer estudio: la relación entre el ADN y la actividad física 

La investigación de Boisgontier y sus colegas es importante porque además de contribuir a los descubrimientos para mejorar el cerebro, el equipo utilizó un novedoso y complejo tipo de análisis estadístico para ir más allá de la investigación observacional tradicional.

Recurrieron al ADN y a la aleatorización mendeliana, un método recientemente popularizado que utiliza variaciones genéticas para caracterizar y clasificar a las personas.

"Todos nacemos con o sin ciertos fragmentos de ADN, algunos de los cuales se sabe que contribuyen a la probabilidad de ser físicamente activos. Desde antes de nacer, la naturaleza nos asigna aleatoriamente a una persona propensa o no a moverse. Otros fragmentos de genes desempeñan un papel similar en el desarrollo de la inteligencia", explicaron.

La pandemia llevó a muchas personas a ejercitarse en sus casas 

Según el artículo del Washington Post, al cotejar las puntuaciones cognitivas de las personas que tienen o carecen de los fragmentos que promueven el ejercicio con las de las personas con las variantes genéticas relacionadas con la cognición, los científicos pudieron discernir hasta qué punto el ejercicio contribuye a la capacidad de pensar.

A partir de dos enormes bases de datos de información sanitaria, extrajeron datos genéticos de casi 350.000 personas de todas las edades, junto con mediciones objetivas de la actividad física de unas 91.000 de ellas y puntuaciones cognitivas de casi 258.000. Descubrieron que las personas con predisposición genética al ejercicio físico, obtenían mejores puntuaciones en las pruebas de pensamiento si su ejercicio era al menos moderado, comparable al trote o a una caminata rápida.

Según Boisgontier, la interacción entre el ejercicio y el pensamiento era lo suficientemente fuerte como para indicar causalidad, lo que significó que realizar el ejercicio adecuado equivale a mentes más agudas.

Segunda investigación: entrenar 6 minutos alcanza para beneficiar al cerebro 

El otro estudio ayudó a explicar cómo el ejercicio mantiene sano el cerebro. En este experimento, 12 jóvenes sanos usaron una bicicleta fija a un ritmo muy pausado durante 90 minutos, seguidos de seis minutos de intervalos consistentes en 40 segundos de pedaleo a fondo intercalados con 20 segundos de descanso.

Antes, durante y después de cada sesión, los investigadores realizaron un seguimiento del BDNF en la sangre de las personas.

También midieron los niveles de lactato. Los músculos liberan lactato (ácido láctico), durante el ejercicio, especialmente si es extenuante. El cerebro puede absorberlo como combustible.

Cualquier edad es buena para hacer ejercicio 

Según estudios anteriores en ratones, cuando el cerebro de los animales empezaba a absorber lactato en lugar de azúcar, comenzaba a bombear más BDNF.

Los investigadores encontraron indicios de que algo similar ocurre en las personas. Durante un paseo tranquilo, los niveles de lactato aumentaron ligeramente en la sangre después de unos 30 minutos, al igual que las cantidades de BDNF en su sangre.

Pero durante y después de los seis minutos de pedaleo duro y rápido, el lactato se disparó y también lo hizo el BDNF. 

"Los estudios revelaron que el ejercicio es bueno para el cerebro y que hacer ejercicio durante más tiempo o, sobre todo, con más intensidad, puede maximizar los beneficios", afirmó Travis Gibbons, becario postdoctoral de la Universidad de Columbia Británica en Okanagan, que dirigió el estudio.

Gibbons señaló que aún quedan muchas preguntas por responder, como cuánto tiempo se mantiene elevado el BDNF tras el ejercicio, cuáles son los tipos y las cantidades ideales de ejercicio para aumentar el BDNF y si los efectos son los mismos en hombres y mujeres mayores o menos sanos, entre otras. 

Esta nota habla de: