Deuda en pandemia

La bala de plata que juega Martín Guzmán ante el FMI en su gira europea

La posición de Argentina es delicada, tanto los acreedores europeos como el propio Fondo comparten el diagnóstico que plantea el ministro frente a un escenario de incumplimiento, la economía real sufriría las consecuencias, la capacidad de recuperación sostenida estaría en peligro. Acreedores externos y la Unión Europea comparten el análisis del Ministro

Hugo Vasques

El ministro Martín Guzmán junto a su equipo desarrolla una “gira europea” para sumar apoyos estratégicos entre países del G7 y G20, accionistas todos del FMI, a fin de completar el número requerido de adhesiones necesarias para introducir reformar en los estatutos del organismo y de esta forma lograr el objetivo propuesto por el gobierno en la negociación del crédito stand by firmado por nuestro país: extender el plazo a 20 años.

Argentina necesita el acompañamiento de al menos el 60% de los accionistas del FMI para que el Directorio pueda introducir reformas que posibiliten reestructurar el crédito vigente con dos modificaciones: extensión de los plazos y reducción de las tasas de interés. Para esto, el apoyo de Estados Unidos es relevante y sin dudas una condición necesaria, pero no es suficiente dado que representa el 45% de las acciones en el FMI. Esto lleva a Guzmán a poner su “bala de plata” en esta esta gira para convencer al resto de países que completan aquel número de accionistas en la Unión Europea: Alemania, Italia, España y Francia.

“Con Estados Unidos no alcanza, y sin ellos no se puede”: Representan el 45% de las acciones del FMI.

El objetivo principal del gobierno con el Fondo es firmar un “nuevo” acuerdo que despeje el horizonte de vencimientos por los primeros años, tal como se hizo en la renegociación con los acreedores privados y distribuir a lo largo del periodo extendido el pago de los U$S 44.000 millones de capital del crédito stand by, renegociando a la baja los intereses acordados inicialmente.

Este año Argentina enfrenta vencimientos con el FMI por U$S 5.072 millones entre capital e intereses, el grueso de ello se concentran en las dos cuotas de capital con vencimiento en septiembre por U$S 1.800 millones y otra en diciembre por U$S 1.800 millones. Sumado a esto se encuentra el vencimiento de U$S 2.400 millones con el “Club de Paris” que opera en abril, con el mes de gracia hasta mayo y que viene de ser reestructurado en 2014 por el entonces ministro de economía Axel Kicillof.

 

 

 

 

Táctica y pizarrón

 

Una estrategia posible en el primer caso es, si la reestructuración del acuerdo se demora, cancelar el grueso de los vencimientos con DEG, Derechos Especiales de Giro del propio Fondo, en poder del Banco Central que, junto con los U$S 3.350 millones que deberían sumarse a la Argentina a partir de la ampliación de este instrumento por parte del FMI en el marco su política de asistencia directa a países para paliar los efectos económicos de la pandemia, alcanzarían para cubrir el 2020. La bala de plata para no caer en default con el Club de Paris, es el visto bueno por parte del FMI en la reestructuración de su propio crédito.

Esto permite adelantar que técnicamente sería difícil que Argentina ingrese en zona de incumplimiento con el Fondo, aunque la necesidad de un “acelerado” entendimiento con el organismo tiene que ver con los demás acreedores del país, en este caso los miembros del “Club de Paris”. Las posibilidades de reestructurar la deuda con este grupo es mayor a medida que se avance en el acuerdo con el FMI, y allí radica la estrategia del gobierno para negociar casi en paralelo ambos frentes. La posición de Argentina es delicada, tanto los acreedores europeos como el propio Fondo comparten el diagnóstico que plantea Guzmán frente a un escenario de incumplimiento, la economía real sufriría las consecuencias y la capacidad de una recuperación sostenida estaría en peligro.

Por lo tanto resulta clave para despejar el horizonte financiero de Argentina en los próximos años lo que se defina en esta negociación, así el último acuerdo de reestructuración cerrado con acreedores privados permitió despejar de vencimientos los primeros años luego de firmado en 2020, y en ese mismo esquema se plantea la discusión con el FMI. Esto sin dudas definirá la mayor o menor capacidad que tendrá Argentina para encarar la presente década y volver a niveles adecuados de crecimiento económico.

 

(#) Economista

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