Alemania

La candidata "verde" que aspira a ser la sucesora de Merkel

Quien es Annalena Baerbock, la dialoguista del Partido Verde que busca posicionarse y se postula como canciller de Alemania ante el final de la gestión de Angela Merkel, contra los candidatos de la socilademocracia y de los Demócratas Cristianos 

Franco Delle Donne

"Me presento porque quiero una renovación. Al status quo que lo representen otros.” La frase pertenece a la flamante candidata a canciller por el partido Verde de Alemania (Bündnis 90/die Grünen), Annalena Baerbock. Será la primera vez que busque ese objetivo en un partido cuya mayor aspiración hasta ahora había sido ser compañero de coalición de socialdemócratas (SPD) o incluso democristianos (CDU). La situación ha cambiado y el país germano podría tener una canciller verde. ¿Será el cambio que necesita Alemania?

 

Las elecciones se ganan en el centro

La líder verde de 40 años levanta la bandera de la renovación. Sabe que el electorado de su partido está entre los menores de 50, Aquellos que por razones diversas ya no votan a los otrora partidos mayoritarios. Sin embargo, el verdadero desafío de Baerbock no está en esa cuestión, sino en su capacidad para transmitir que los verdes pueden convertirse en el nuevo centro del espectro político. Uno que restructure las preferencias políticas de exvotantes de una socialdemocracia erosionada por la falta de perfil. Uno que no asuste a exvotantes de una democracia cristiana partida desde la llegada de AfD, el partido de la derecha radical en Alemania. Un nuevo centro político que pueda armonizar intereses virtualmente opuestos.

Las elecciones se ganan en el centro y si Baerbock entiende esa máxima y sabe aplicarla a su discurso, sus chances crecerán. Las condiciones las tiene. Pertenece al ala de los pragmáticos de su partido. Los “realos” o realistas. Sabe que hay que hablar con todos, que las visiones doctrinarias e intransigentes le quitan poder. De hecho, bajo su liderazgo de tres años junto a su colega Robert Habeck, los verdes han pactado coaliciones a nivel regional con todas las fuerzas políticas. Excepto con la ultraderecha.

No obstante, los interrogantes existen: ¿pueden los verdes congeniar sus políticas de medio ambiente con los intereses económicos de las empresas de su país? ¿pueden revertir el proceso de polarización iniciado y alimentado por la ultraderecha y otros sectores conservadores? ¿pueden hacerlo también a nivel europeo frente al accionar de gobiernos populistas y euroescépticos?

 

El de la renovación

Pero esas no son las únicas preguntas. Sobre la candidata a canciller, los escépticos dudan de su falta de experiencia política en cargos ejecutivos. Baerbock ha sido jefa de los verdes, diputada federal, ha trabajado en Bruselas y en Londres. Pero, hasta ahora, no ha tenido responsabilidades de gobierno a ningún nivel. No es casual que la propia candidata lo haya mencionado en su discurso. Intentó exponer su debilidad antes que nadie e instalar su propio: su falta de experiencia le permite decir legítimamente que ella representa la renovación de la política.

No obstante, las dudas no se disipan y seguramente será el blanco de los ataques de sus competidores directos, todos hombres: el democristiano Armin Laschet (CDU) y el socialdemócrata y actual ministro de Finanzas, Olaf Scholz (SPD).

Tal vez sea esa inexperiencia la oportunidad para apoyarse en su compañero de dirección partidaria, Robert Habeck. Él fue ministro en su región y alli ha llevado adelante coaliciones bastante heterogéneas con democristianos y liberales. Una situación nada fácil a causa de las fuertes diferencias ideológicas entre esas fuerzas.

 

"Las mujeres tienen derecho a la igualdad financier, en términos de salarios

y de pensiones", el mensaje de la dirigente 

 

Pese a todo, el primer acto de campaña de los verdes, que fue justamente el anuncio de su candidata, se puede leer como un partido ordenado y confiable. Que discute y resuelve las decisiones importantes sin escándalos ni divisiones. Que transmite seguridad y no una competencia entre egos y viejas rencillas partidarias. Y este mensaje no podría haber sido más efectivo de no ser por lo sucedido con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su aliado bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU). Ambas fuerzas demoraron más de los esperado en nombrar a su candidato. Y lo hicieron mediante un proceso caótico, repleto de idas y vueltas, que dejó la imagen de un partido sin norte y sin agenda clara. Justamente lo contrario de lo que esta fuerza se ha enorgullecido históricamente y que la ha llevado a tener nombrar a la mayoría de los cancilleres alemanes desde 1949.

 

El desafío de ampliar electorado

Inoficialmente, el nombramiento de los candidatos da inicio a la campaña electoral en Alemania. Las posiciones de largada permiten ensayar una hipótesis: Salvo una situación excepcional, los verdes estarán en el próximo gobierno. Ya sea liderando con la canciller Annalena Baerbock o acompañando en la coalición a otro partido. Al menos eso indican las encuestas desde inicios de este año. Que la hipótesis se cumpla depende más de la capacidad de los verdes de explotar su potencial, pero sobre todo, de no cometer errores.

El más grave de los errores para el partido ecologista sería abandonar el discurso de apertura que el duo Baerbock y Habeck han desplegado desde su llegada al liderazgo en enero de 2018. Un discurso que transmite valores pero que no acusa a nadie, que evita los sermones moralistas, que pretende construir soluciones a partir del diálogo y no de la imposición. Se trata de un equilibrio difícil porque se corre el riesgo de perder a los propios.

Los verdes están frente a una oportunidad histórica. Para aprovecharla eligieron a una mujer joven, motivada, pragmática, madre, urbana y con ambición de cambio. Según los estudios ese es prácticamente el perfil exacto del votante verde promedio. Baerbock deberá romper el molde e ir más allá de ese electorado. Tiene las herramientas y el contexto de su lado. Le quedan menos de seis meses para demostrarlo.

 

* Franco Delle Donne. Doctor en Comunicación por la Freie Universität Berlin. Director del proyecto transmedia Epidemia Ultra. Conductor del podcast El fin de la Era Merkel.

 

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