La eurozona empezará el nuevo año a las puertas de la recesión
La economía del bloque no levanta cabeza, afectada por la suba de las tasas de interés y la caída del gasto de los consumidores
La economía de la eurozona afronta el cambio de año estancada y con la amenaza de una probable recesión en el inicio de 2024, lastrada por el impacto de la inflación y las subas de las tasas de interés, pero con la esperanza de una leve mejoría en la segunda mitad del año.
Los datos de Eurostat se orientaban hacia una contracción de una décima en el tercer trimestre de este año, y los índices elaborados por S&P Global, que en noviembre acumulaban seis reducciones mensuales consecutivas de la actividad empresarial, más en la industria que en los servicios, apuntan en la misma lìnea.
"Lo que vemos es que no hay casi ningún motor de crecimiento para Europa. Todo está básicamente parado", resumiò el economista jefe para Europa de Oxford Economics, Ángel Talavera, que agregò que "a grandes rasgos la economía europea seguirá muy débil en la parte inicial" de 2024.
Un factor esencial este año ha sido la debilidad de Alemania, marcada sobre todo por la parálisis de su industria (ver aparte), y el escenario central es que se prolongue también en 2024.
Optimismo
La Comisión Europea (CE) planteó el mismo panorama en sus últimas previsiones económicas, en las que empeoró sus cálculos sobre el PIB de la zona euro tanto para este año (0,6 %) como para 2024 (1,2 %), mientras que el BCE también actualizó a la baja sus estimaciones.
Con un tono más optimista, el economista del centro de estudios Bruegel, Zsolt Darvas, atribuye una probabilidad "baja" a la recesión porque, aunque es cierto que la zona euro se enfrenta a "riesgos a la baja", hasta ahora se ha mostrado "sólida" al afrontar golpes recientes como la crisis energética.
"En general espero una aceleración del crecimiento económico en los próximos años, pero por supuesto hay riesgos a la baja", subraya.
Entre los factores que jugarán a favor del crecimiento en la eurozona se destaca la caída de la inflación, que ha bajado más de ocho puntos en algo más de un año situándose en noviembre en el 2,4 %, lo que debería dar un renovado impulso al consumo privado, así como la fortaleza de un mercado laboral que registra mínimos históricos de paro (6,5 % en el área del euro en octubre).