NEUROCIENCIA

La hipoacusia es una factor de riesgo para el Alzheimer

La pérdida de audición podría forzar al cerebro a destinar más recursos para procesar sonidos degradados

Ibrusco

La hipoacusia, o pérdida de audición, es una condición prevalente en la población adulta mayor, afectando a millones de personas en todo el mundo. Recientemente, se ha investigado su relación con la enfermedad de Alzheimer, una forma común de demencia que causa un deterioro progresivo de la memoria y otras funciones cognitivas.

Además, factores genéticos como el gen ApoE4 también juegan un papel crucial en el riesgo de desarrollar Alzheimer. Existe clara evidencia que sugiere que la hipoacusia y el gen ApoE4 pueden aumentar la prevalencia del Alzheimer pero es importante analizar los posibles mecanismos imbricados y además si se potencian ambos factores bajando aún más la resiliencia cognitiva de las personas.

La hipoacusia es una condición común en personas mayores de 65 años, con aproximadamente un tercio de esta población afectada en algún grado . Paralelamente, la enfermedad de Alzheimer también es prevalente en este grupo etario.

Estudios recientes han mostrado una correlación significativa entre la hipoacusia y la demencia. Un estudio longitudinal realizado por Lin y colaboradores en el año 2011 reveló que las personas con hipoacusia moderada a severa tenían un riesgo 2-5 veces mayor de desarrollar demencia, incluido el Alzheimer, en comparación con aquellas con audición normal. Además, la presencia del alelo ApoE4, especialmente en homocigosis (dos copias del alelo ApoE4), se ha asociado con un riesgo significativamente mayor de desarrollar Alzheimer.

Uno de los mecanismos más discutidos es la hipótesis de la sobrecarga cognitiva generada por la hipoacusia. La pérdida de audición podría forzar al cerebro a destinar más recursos para procesar sonidos degradados, dejando menos capacidad para otras tareas cognitivas, como la memoria y el razonamiento. Esta sobrecarga puede, con el tiempo, contribuir al deterioro cognitivo.

El aislamiento social es otro factor importante propuesto. La hipoacusia lleva a una menor participación en actividades sociales debido a la dificultad para comunicarse, lo que a su vez puede resultar en aislamiento social y depresión, ambos factores de riesgo para la demencia. La falta de estimulación social y mental podría acelerar el deterioro cognitivo.

Sin embargo, otros estudios de neuroimágenes han mostrado que la hipoacusia puede estar asociada con cambios estructurales y funcionales en el cerebro. Por ejemplo, las personas con hipoacusia tienen una reducción en el volumen del lóbulo temporal, una región crucial para la memoria y el procesamiento auditivo. Se puede pensar en una disminución muy importantes de inputs sensoriales sonoros y lingüísticos Estos cambios podrían predisponer al cerebro a la neurodegeneración característica del Alzheimer.

La presencia del alelo ApoE4 de la apolipoproteína E (ApoE) es un factor de riesgo genético significativo para el Alzheimer. Las personas con dos copias del alelo ApoE4 (homocigosis ApoE4/4) tienen el riesgo más alto de desarrollar la enfermedad. Esta predisposición genética acelera la acumulación de placas de beta-amiloide y ovillos neurofibrilares de tau, dos características patológicas del Alzheimer. Además, la homocigosis ApoE4/4 se asocia con una reducción en la capacidad de la apolipoproteína E para reparar y mantener las neuronas, lo que contribuye a un declive cognitivo más rápido y severo.

Las personas con una copia del alelo ApoE4 y otra de ApoE3 (heterocigosis ApoE4/3) o ApoE2 (heterocigosis ApoE4/2) también presentan un riesgo incrementado de Alzheimer, aunque menor que aquellos con homocigosis. La heterocigosis ApoE4/3 sigue siendo un factor de riesgo significativo, aumentando las probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con individuos con genotipos ApoE3/3 o ApoE2/3, quienes poseen un riesgo más bajo. La heterocigosis ApoE4/2, aunque todavía presenta un riesgo elevado, se ve parcialmente mitigada por la presencia del alelo ApoE2, que se considera protector en cierta medida.

Numerosos estudios epidemiológicos apoyan la conexión entre la hipoacusia y el Alzheimer. Un metaanálisis de 40 estudios encontró que la hipoacusia estaba significativamente asociada con un aumento del 40% en el riesgo de desarrollar demencia. Otro estudio longitudinal de 12 años de duración mostró que la hipoacusia estaba asociada con una tasa más rápida de deterioro cognitivo.

Asimismo, estudios han mostrado que la presencia del alelo ApoE4, especialmente en homocigosis, puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar Alzheimer. Esta combinación de factores de riesgo auditivos y genéticos subraya la importancia de un enfoque multifactorial para entender y prevenir la enfermedad de Alzheimer.

Entonces una intervención clave es el uso de aparatos auditivos, existe evidencia que sugiere que el uso de estos dispositivos puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo al mejorar la calidad de vida y la participación social. Sin embargo, más investigación es necesaria para establecer una conexión causal directa.

Además, los programas de estimulación cognitiva y social pueden ser beneficiosos. La participación en actividades que desafíen el cerebro y promuevan la interacción social puede ayudar a mitigar el riesgo de demencia en personas con hipoacusia.

Un concepto clave en la investigación del Alzheimer es la resiliencia cognitiva asociada al ApoE, desarrollado por nuestro grupo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en el programa PRONADIAL (Programa de Alzheimer) y el Hospital de Clínicas de la UBA en el año 2012. La resiliencia cognitiva se refiere a la capacidad del cerebro para resistir y compensar los daños neuropatológicos, manteniendo un funcionamiento cognitivo adecuado a pesar de la presencia de factores de riesgo como el alelo ApoE4. Factores como la educación, el estilo de vida, y la estimulación cognitiva continua pueden influir en la resiliencia cognitiva, proporcionando vías potenciales para intervenciones preventivas y terapéuticas, ahora la hipoacusia.

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