Más de 40.000 empleados del gobierno federal de Estados Unidos aceptaron la oferta de renuncia anticipada impulsada por la administración de Donald Trump, en el marco de un plan de reducción de personal liderado por Elon Musk, actual jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental. La medida, que otorga pago hasta septiembre a quienes se retiren antes de fin de mes, representa cerca del 2% de la fuerza laboral civil federal.

Desde la Oficina de Gestión de Personal (OPM, por sus siglas en inglés), informaron que el número de empleados que optan por la renuncia diferida sigue en aumento y se espera un aluvión de solicitudes en las últimas horas. Para acogerse al beneficio, los trabajadores solo deben enviar un correo desde su cuenta gubernamental con la palabra "renunciar" antes del cierre del plazo, fijado para este jueves.

 

Otros recortes

Bajo el liderazgo de Trump y Musk, la Casa Blanca proyecta que entre el 5% y el 10% de la plantilla federal aceptará la oferta, lo que representa un fuerte recorte en la estructura estatal. El multimillonario empresario, también CEO de Tesla y SpaceX, ha sido clave en la aplicación de esta estrategia, que ya es conocida como “la motosierra de Musk” en referencia a su intención de achicar drásticamente el aparato burocrático.

Según cifras de la OPM, en la última década se han retirado en promedio 62.000 trabajadores federales por año, mientras que 298.000 empleados estarán en condiciones de jubilarse en los próximos dos años. Sin embargo, no se ha divulgado cuántos de los 2,3 millones de empleados civiles son elegibles para este plan, dado que quedaron excluidos los trabajadores de defensa, inmigración, fuerzas del orden y otros sectores estratégicos.

 

Advertencia de sindicatos

La OPM comunicó que no se garantizará la seguridad laboral de quienes decidan permanecer en sus puestos. "La mayoría de las agencias federales probablemente se reducirán mediante reestructuraciones, realineaciones y recortes de personal", informó el organismo en un correo enviado a los empleados el 28 de enero.

Los sindicatos federales han salido al cruce de la medida y cuestionan su legalidad. Everett Kelley, presidente nacional de la Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno, advirtió que los trabajadores "no deben dejarse engañar por las hábiles palabras de multimillonarios no elegidos y sus lacayos", en clara referencia a Musk y su rol en la reestructuración estatal.