En 2010, existían 24.000 trabajadores de mensajería en la Argentina. Con el desembarco de las Apps de delivery el sector explotó y hoy hay más de 120.000 trabajadores en todo el país. Apenas hay 4.200 empleados en relación de dependencia, casi en su totalidad pertenecen a Pymes de mensajería argentinas. Las Apps de delivery sólo tienen 100 empleados efectivos. La Asociación que reúne al sector enumera los temas pendientes para el próximo Presidente.

La Asociación de Motociclistas, Mensajeros y Servicios (ASIMM) representa a todos los trabajadores que usen moto o bicicleta para repartir paquetería pequeña, mediana o pedidos de comida/gestiones administrativas en un tiempo inferior a 24 horas. Si el plazo es superior, ya pertenecen al sector correo.

La situación de los más de 120.000 trabajadores es muy compleja. “Tenemos mucho trabajo, pero las condiciones laborales que tenemos son muy precarias. Necesitamos organizarnos porque no podemos discutir paritarias, aumentos de sueldos, no tenemos vacaciones, aguinaldo o vacaciones pagas. Los trabajadores que trabajan para las App de delivery no tienen un interlocutor. El algoritmo es muy rígido, si el trabajador tiene un problema con el pedido lo bajan del ránking o lo bloquean que es como un despido. Los reclamos se hacen por mail, no hay con quién hablar”, explicó Marcelo Pariente, Secretario General de la Asociación que los nuclea.

El problema central es que las empresas no reconocen la relación laboral con los trabajadores, algo que en otros países es un tema ya resuelto. “Las empresas de Apps de delivery no respetan el convenio 722 colectivo, sólo 100 trabajadores están  blanco y en total trabajan más de 100.000. Estar en blanco nos permitiría tener cobertura de datos, seguridad social, amortización del uso de vehículo, días para renovar licencia y hacer mantenimiento de la moto. Tienen un seguro proporcional a 24 sueldos básicos, si fallece un trabajador mas allá de la ART, a esto se suma aguinaldo, vacaciones y obra social”, explicó.

A diferencia de otros países del mundo donde hay estaciones para recargar el celular, descansar y asearse, acá los trabajadores de las App de delivery no tienen nada. Hace pocas horas los recibió Sergio Massa, candidato a presidente de Unión por la Patria y les prometió grandes cambios. “Estamos poniendo en marcha para los trabajadores de economía de plataforma una protección que garantiza el acceso a la ART, cobertura de obra social y derecho a la jubilación a partir de un nuevo sistema que articula desde la AFIP con el Banco Nación el sistema de seguro y de protección social”, dijo Massa.

“Se comprometió a medidas concretas en los temas riesgos de trabajo, la obra social y la jubilación. A esto se suma que en 25 estaciones de trenes habrá un espacio que se llama Recargate para poder higienizarnos, cargar el celu y no tener que descansar en una plaza. Anunció un seguro que los primeros tres meses los paga el Estado, luego la empresa. Otro planteo fue que después del 10 de diciembre vamos a conversar para regular la actividad a través de un proyecto, para ordenar todo incluida nuestra vinculación con las empresas. Son medidas que nos ayudan mucho, pero queda mucho por hacer. No puede ser que el Estado asuma el compromiso de hacer lo que las empresas no quieren hacer ”, señaló Marcelo Pariente, uno de los asistentes a la reunión.

La falta de control por parte del Estado hizo que esta actividad nunca se pueda regular de forma efectiva. El líder de la asociación contó cómo fue el desembarco de las Apps en Argentina.  “La primera en llegar fue Pedidos Ya llegó a tener 2.000 empleados en blanco. Luego llegaron Glovo y Rappi y no quisieron poner trabajadores efectivos. Entonces Pedidos Ya despidió a todos los contratados y apenas dejó 100. Como Mauricio Macri había cerrado el ministerio de Trabajo, la Secretaría del Trabajo sólo acumulaba nuestras denuncias y nunca hizo nada. Fue todo muy injusto, para las empresas Pymes nacionales la llegada de las Apps fue una competencia desleal, hizo que muchas cierren sus puertas. Hoy las empresas nacionales son las únicas que respetan nuestras condiciones”.

Las principales Apps de delivery son internacionales y vienen con una estrategia capaz de arrasar con todo lo que se les cruce a su paso. “Al usuario de la App le cobran el viaje, entre $200 a $400 o más, a la casa de comida que les vende le cobran entre un 20 a 25% depende la categoría. Por nuestro trabajo le cobran a ambos y a nosotros nos tienen en negro, como monotributistas y sin derechos. Nos pagan migajas y el negocio de ellos es muy grande”, contó.

Los Bull Market y las dark kitchen convirtieron a las Apps en grandes supermercados y casi restaurantes de delivery. “A las marcas les cobran una comisión para mostrarlas en las páginas, hicieron un estudio de lo que más se vende en cada barrio y ahora pusieron locales desde donde venden de todo, incluso comida. Una App tiene un piso en Palermo desde donde despacha de todo sushi, pizza, hamburguesas. Compiten con sus marcas clientes sin importarles nada. Así crecen y aumentan su facturación. Donde ven que se vende mucho algo, ahí abren y lo venden ellos”.

A pocas semanas de las elecciones donde se elegirá el nuevo presidente entre Sergio Massa y la alianza de Javier Milei y Patricia Bullrich, el sector tiene una posición tomada.

“Para nosotros Mauricio Macri fue el demonio, gracias a él las empresas no pusieron personal en blanco y la que lo tenía lo despidió. Lo mismo ocurrirá si gana Milei. Si el Gobierno queda en manos de Massa quizás tengamos una mesa de diálogo donde sentarnos, discutir y encontrar un acuerdo para que las empresas respeten los derechos de los trabajadores.  Los anuncios son una buena señal. Cualquier candidato que gane si atenta contra los interés de los trabajadores o si Massa cambia su compromiso con nosotros estaremos en la calle resistiendo”, aseguro Marcelo Pariente.