Las privatizaciones sostuvieron el equilibrio fiscal
El Gobierno tuvo que recurrir a la venta de activos públicos para evitar un déficit primario de 0,3% entre enero y septiembre
Por la fuerte contracción en la recaudación tributaria, producto de la recesión económica, el Gobierno tuvo que acelerar la liquidación de sus activos para intentar acercarse a la meta fiscal 2019. Esos ingresos extraordinarios surgen de las privatizaciones de centrales térmicas y de participaciones estatales en distintas empresas. Al no ser ordinarios, no se puede prever que sigan ocurriendo el año que viene. Por eso, estiman que en 2020 el déficit fiscal volverá a superar al del 2015 y será de 5,2% del PBI.
Un informe publicado ayer por el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA) señaló que sin privatizaciones, el superávit de 0,1% que informó el Gobierno para el período enero-septiembre se habría convertido en un déficit de 0,3% y se hubiese incumplido la meta de déficit 0% para el tercer trimestre. Para llegar a ese objetivo se vendieron dos centrales térmicas en junio, se multiplicó la venta de acciones de empresas que pertenecían al FGS a partir de ese mismo mes (los ingresos de capital pasaron de $624 M en abril y $195 millones en mayo a $64.572 M en junio, $12.393 M en julio, $11.730 M en agosto y $13.633 M en septiembre) y se liquidó el Fondo Argentino de Hidrocarburos por $8.524 M en julio.
La dinámica es conocida: el ajuste fiscal alimenta la recesión de la actividad económica, que para colmo se aceleró por las fuertes devaluaciones. Eso golpea a la recaudación tributaria y termina generando la necesidad de nuevos recortes en el gasto para intentar alcanzar el equilibrio en las cuentas. Como un perro persiguiéndose la cola, esos nuevos ajustes terminan afectando nuevamente a la recaudación y así sucesivamente. Para llegar a acercarse al 0,5% de déficit que le permite el acuerdo con el FMI, el Gobierno tuvo que apelar a la venta de activos.
Tal como publicó BAE Negocios a partir de cálculos del economista de Ecolatina, Joaquín Waldman, entre 2015 y 2019 los ingresos del Tesoro surgidos de la vía tributaria cayeron 15%. Según ITE-FGA, entre 2017 y 2019 la recaudación impositiva caerá 8,1% y los aportes y contribuciones de la seguridad social, 20,9%.
La investigación publicada ayer por ITE-FGA vino a responder a la pregunta de cómo hizo el Gobierno para cumplir hasta acá la meta de 0% del PBI de rojo primario entre enero y septiembre a pesar de esa fuerte caída en la recaudación tributaria. Las privatizaciones y la liquidación del Fondo destinado a incentivar la inversión productiva de hidrocarburos son la respuesta. Para fin de año, de todos modos, tanto los analistas privados como el FMI esperan que haya al menos un 0,8% de déficit primario.
Para el 2020, desde ITE-FGA esperan un rojo primario de 1,6%, lo que significará un déficit fiscal de 5,2%, similar al 5,1% que se registró en 2015. Y es que, además de que no debería haber ingresos extraordinarios, la reforma tributaria de 2017 prevé una mayor rebaja de aportes y contribuciones de la seguridad social en 2020. Ya en 2019 la caída de 12% interanual real en ese ingreso se explica en parte por la reforma y en parte por la caída del salario real de 8% hasta septiembre y la baja del empleo privado registrado.