El consumo, por lejos el factor más relevante de la actividad económica, siguió sin dar muestras de recuperación durante junio. Por un lado, las ventas de los supermercados mantuvieron el estancamiento durante junio al no anotar variaciones mensuales contra mayo. Por lo tanto, sostuvieron una caída del 9,8% en la comparación contra noviembre del año pasado, aunque consiguieron alejarse levemente del piso que tocó en abril. Por el otro, las ventas en comercios mayoristas cayeron un 0,5% mensual en junio y la baja contra noviembre se incrementó hasta el 13,9%.

Según datos de Indec, la caída interanual en las ventas en supermercados fue de 7,3% en junio y con una variación mensual neutra. Así, se consolidó durante el primer semestre el estancamiento en el nivel de consumo, con una baja del 11,6% contra el mismo semestre del año pasado. La caída del consumo comenzó entre noviembre y diciembre del año pasado, producto de la volatilidad cambiaria que ocurrió ante el balotaje de noviembre y la posterior devaluación del 54% en diciembre. A modo de ejemplo, en la comparación entre octubre y enero el desplome en el consumo de supermercados fue del 21,2%.

Con una tónica similar, las ventas en los mayoristas cayeron un 14,5% interanual durante junio, un 12,6% interanual durante el primer semestre y un 0,5% en la comparativa contra mayo, que había sido el único mes del año que había mostrado recuperación. Además, tal como publicó el Indec, en los shoppings las ventas cayeron un 14,2% interanual durante los primeros seis meses de 2024.

Respecto a julio, las mediciones privadas no mostraron señales de mejoría. Según estimaciones de la CAME, las ventas minoristas del sector pyme descendieron 15,7% anual en julio y una caída mensual de 1,6%. En los primeros 7 meses del año la baja interanual fue del 17%. De manera similar, la consultora Scentia proyectó una caída interanual del 16,1% en julio en cadenas de supermercados y autoservicios, el número más alto desde el inicio de la serie.

El peso del consumo privado sobre la economía

El consumo privado es, por un amplio margen, el motor más importante de la economía local. De acuerdo a estimaciones del Indec, representó el 63% del PBI durante el primer trimestre de 2024. Por lo tanto, el rebote de la economía es virtualmente imposible si primero no ocurre una recuperación por esa vía. Según el Indec, el segundo trimestre terminó con una caída de la actividad económica del 1,7% en comparación al primer trimestre.

La consultora ACM planteó que "la contracción de la demanda interna, que impacta fuertemente en los sectores industriales y comerciales, junto con la falta de impulso fiscal que afecta a la construcción, configuran un panorama en el cual la actividad económica aún no logra revertir la tendencia contractiva".

Desde LCG esperan "un sendero de crecimiento débil, con subas y bajas y una amplia disparidad sectorial" para lo que resta del año. "En la medida que, por la moderación de la inflación, los salarios comiencen a sostener una recomposición en términos reales, podrá esperarse un incremento del consumo, principal componente de la demanda agregada. La mayor oferta de crédito, desde niveles mínimos, podría actuar como soporte, pero con un efecto marginal", agregaron.

Por su parte, Invecq destacó que hay algunos datos de alta frecuencia de julio que "dan cuenta de una incipiente recuperación". Entre los de mayor crecimiento intermensual destacaron el patentamiento y producción de autos con subas de 38,8% y 38,7%, respectivamente; la liquidación de divisas (32,3%); los despachos de cemento (25,9%) y el patentamiento de motos (21,3%). De todas formas, aclararon que "dichos indicadores aún se encuentran, en promedio, un 5% por debajo del mismo mes de 2023".