Los cines de los EE.UU. en problemas incluso con muchos éxitos
Aunque tuvieron un gran verano, la dependencia que los cines tienen de los tanques masivos agudiza una crisis que puede llevar a varias cadenas a la quiebra. Datos de un negocio que aún tiene mucho que esperar para recuperarse.
Aunque el verano boreal representó para los cines de los Estados Unidos una especie de alivio después de los años teñidos por el parate de la pandemia de Covid-19, los problemas no cesaron. De hecho, se prevé que uno de los mayores exhibidores de ese país -Regal Cinemas, Cineworld- pedirá el procedimiento preventivo de quiebra. Y eso en una temporada que ha dado algunos de los más fuertes estrenos globales (sobre todo en ese país Top Gun-Maverick, que se acerca a los 700 millones de dólares de recaudación neta en ese territorio y superó con creces los 1100 millones globales). No fue lo único: Dr. Strange en el Multiverso de la locura superó los 410 millones, Jurassic World-Dominio hizo 373; Batman, 369 y la segunda Minions, 346. Algunas todavía siguen sumando.
Pero hay una contracara a esta abundancia de venta de tickets en el campo de los blockbusters: la cantidad total de estrenos grandes prevista para este año es de 90. "Grande" implica que se estrena en todos los EE.UU. con más de 1000 pantallas. En 2019, fueron 128; en el 2020 lleno de restricciones, 50. Pero en 2021 fueron 88, es decir apenas dos menos que este año. La cuestión es un poco más aguda: el sistema de exhibición depende exclusivamente de esta clase de estrenos, si bien es posible que aparezcan películas más chicas que puedan impulsar el negocio (este año aparecen Elvis o El teléfono negro como dos interesantes alternativas).
Pero es insuficiente para sostener el negocio. Sobre todo si se tiene en cuenta que en septiembre y octubre no habrá grandes "tanques", y que los títulos que podrían elevar la vara (Wakanda Forever, de Marvel/Disney, Black Adam, de Warner/DC o la esperadísima secuela de Avatar) aparecerán entre noviembre y diciembre. Y el año que viene, si bien hay títulos enormes (una Misión: Imposible, por ejemplo), el problema consiste en que efectivamente no hay películas.
Y no solo eso: varios títulos que tenían el potencial para llenar cines e incluso generar franquicias, fueron directamente a plataformas. Ejemplos claros son El hombre gris, de Netflix (con solo una semana en salas a modo promocional) o la muy saludada Prey, del universo de la franquicia Depredador que Disney decidió enviar a streaming para quitársela a HBO, que tenía un viejo contrato con Fox (ahora parte de Disney) por el cual los estrenos en salas pasaban primero por su pantalla. Y si bien tuvo buena audiencia, el negocio habría sido importante de verdad en salas. Que hoy están, a pesar de la "levantada", en crisis seria.