CRISIS

Los puestos de diarios se reiventan como cafeterías, disquerías, carteleras de teatro y hasta tiendas

En su mejor época hubo más de 8.000, ahora sobreviven menos de 2.000. La venta de café les da esperanza a algunos canillitas que ofrecen latte, nada de café con leche

gmoreno

En sus mejores épocas, supo haber más de 8.000 puestos de diarios. Conseguir uno era asegurarse una mina de oro, por eso los más céntricos se llegaron a vender, a mitad de la década del ’90, hasta por un millón de dólares. No queda en pie ni la cuarta parte, desde hace mucho tiempo comenzaron a reconvertirse: algunos son cafeterías, carteleras de teatro, disquerías y hasta puestos de sombreros.   

El Sindicato de Vendedores de Diarios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires (SIVENDIA) asegura que existen entre 1.800 y 2.000 puestos. Pero son muy pocos los que venden diarios, de Corrientes y Riobamba hasta la avenida 9 de julio sólo 6 venden ofrecen diarios.

 En la esquina de Corrientes y Riobamba, está el puesto de Ana, una diariera de alma que se resiste al cambio y sigue firme vendiendo diarios. Sumó artículos de cocina como ollas, picadores de verdura y budineras para facturar algo más. 

Sobre Corrientes y Callao, en la misma vereda que La Ópera esta Estela que trabaja en esa esquina desde 2002, pero el puesto está desde el ’76. El diariero de enfrente le pasa los diarios que no vendió, porque ella viene de tarde y ya no recibe diarios. Se reconvirtió en una cartelera que vende entradas de teatro con 20% de descuento, vende llaveros, pulseritas, chapas decorativas, postales, imanes y pines. “La venta está pobre, nos vamos ayudando como podemos entre nosotros. Primero desaparecieron los diarios de la tarde y ahora la gente ya no lee. Antes traía 20 libros por semana, ahora traigo uno cada muerte de obispo, traía 40 revistas de historias, ahora con suerte una de vez en cuando. Me ofrecieron convertir el puesto en cafetería, me daban las máquinas, todo y yo trabajaba a comisión pero dije que no. Ya no tengo paciencia para eso, además no puedo vender café en la vereda de un bar”, explicó Estela.

 

Para poder mejorar los ingresos, el puesto de Corrientes y Callao vende entradas al teatro con 20% de descuento

A pocos metros, otro puestito de avenida Corrientes vende camisetas de Argentina y de Diego Maradona, a pocos metros, otro decidió sumar toda clase de sombrero, bufandas y guantes. En la esquina de enfrente a donde estaba el bar La Paz, hay un puesto de diario desde 1932. “Este puesto era de un tío de mi papá, lo atiendo hace 50 años. Hasta 2015 estaba abierto las 24 hora, pero había pocas ventas y ya no valía la pena. Desde el 2010-2012 empezaron a caer las ventas de diarios. Hoy vendo 15 díarios por día, como mucho. Cerraron muchos puestos porque se endeudaron en la pandemia, la zona de Tribunales nunca se recuperó. Les cortaron la cuenta los distribuidores y ya no recibieron más diarios ni revistas. Ahí comenzaron a vender de todo. Todo cambió. A mí me ofrecieron convertirme en una cafetería, pero estoy en la avenida Corrientes en la puerta de varias cafeterías, no puedo. Para compensar la baja en la venta de diarios vendo números atrasados de todas las colecciones de libros, Star Wars, de autos de rally y de libros de Marvel, entre muchas otras”, contó Carlos Rodríguez, un canillita con historia.

Es un conocedor del oficio como pocos, desde la esquina par de Corrientes y Rodríguez Peña, el canillita contó “ahora los puestos de diarios no valen nada. En 1994 el kiosco de Corrientes y Pueyrredón se vendió a 900.000 dólares y el de Pueyrredón y Bartolomé Mitre en Once se vendió a un millón y pico de dólares. Para poner el precio se multiplicaba por cinco el valor de lo que el puesto daba en un año, imaginate vendían un promedio de 200.000 dólares por año”.

 Carlos, un diariero con 50 años de experiencia, vende toda clase de fascículos y muñecos de colecciones atrasados

En la puerta de un bar notable en Corrientes al 1400 hay un puesto que vende discos, es casi una disquería ambulante. Un local que vendía discos no pudo pagar más el alquiler y se mudó al puesto. El listado de cosas que pueden vender, según la resolución 1481 del ministerio de Trabajo es amplio: hacer entrega de correspondencia, vender material didáctico y pedagógico, ofrecer artículos de librería, vender artesanías, manualidades, recuerdos turísticos y artículos regionales, hasta pueden convertirse en una agencia de turismo y vender pasajes y tickets para viajar, pueden ofrecer bebidas no alcohólicas, hasta ser un agencia de venta de juegos de azar y loterías, comercializar artículos de higiene personal descartable y hasta hacer recolección de pilas, baterías, encendedores y otros materiales. 

Una disquería ambulante en plena avenida Corrientes, el ingenio no descansa

En Junín y Paraguay está Canillita, un puesto de diario histórico que se reconvirtió en cafetería al paso. Aunque prefieren decir que son un puesto de diario que vende café. Desde agosto del año pasado ya no tienen a la vista ni un diario, aunque aseguran que distribuyen diarios muy temprano. Lo cierto que Canillita vende café, café frío, leche de almendras, matcha y te verde y pastelería. Abren de 6:30 a 19 horas y su  logo es un canillita al igual que el nombre y el eslogan es “café y noticias”. 

Por unos $3.600 se puede tomar un café con leche mediano. Pero atenti, los ofrecen como las cadenas de cafetería internacional: latte, caramel latte, matcha latte, iced latte, coffe tonic, iced caramel, entre otros. Aceptan tarjetas, efectivo o transferencia. Preguntan el nombre, lo escriben en el vasito plástico y hacen sentir al cliente como en una cadena de cafeterías de renombre internacional . Todo el día hay fila, a la mañana, a la tarde.Les fue tan bien que en diciembre pasado abrieron otro Canillita en frente a la Facultad de Derecho. Otro puesto de diarios reconvertido. La experiencia se empezó a replicar y hace pocas horas se viralizó desde X la foto de otro puesto ubicado en la parada de Metrobus de Virrey del Pino que ofrece en el puesto cafetería y revistas. Su eslogan es “una carga de buena onda para encarar el día”.

 

La parada de metrobus de Virrey del Pino tiene su puesto/cafetería

Al ver la imagen en X, la usuaria @ChloVibart recordó la experiencia española de Good News, que nació en 2020 con la idea de reconvertir un puesto de diario y ayudar a la gente a reconectar después de la pandemia. “Los quioscos antes eran un punto de encuentro, pero con la caída de la prensa impresa y la digitalización, dejaron de serlo. Durante el coronavirus nos dimos cuenta de la necesidad de la gente de conectar y qué mejor que a través del café, que es una bebida muy popular, para compartir y vinculada a la experiencia ”, explicó Inés Puig, Senior Marketing Manager de GoodNews, en declaraciones a Reason.

El primer puesto de diarios lo renovaron en Barcelona y “empezaron a servir cafés con descuento a cambio de que los consumidores contaran algo bueno que les hubiera sucedido los últimos días”, una original idea de Jan Barthe, Fernando Conde, Alejandro Catasús, Lucas de Gispert e Ignacio Campos. Les fue tan bien que replicaron esto en más de una treintena de puestos de España y Francia. Son un puesto de revistas y libros, venden café, ofrecen el servicio de café a pyme y grandes empresas y hacen alianzas con marcas de moda como Valentino con la que promocionaron la colección Pink PP y adoptaron el color rosa para el puesto y los uniformes y ofrecieron café gratis, hicieron otro acuerdo con una marca de cosmética y regalaron muestras  y también se aliaron a Pull&Bear, entre otras, para ofrecer acciones en sus puestos.

Lo interesante es que estas nuevas cafeterías al paso, tanto en el exterior como en la Ciudad de Buenos Aires tienen un público joven y bastante fiel. Por eso, si bien algunos diarieros se resisten, otros lo piensan mejor y algunos puestos ya comienzan a cotizar

 

Cuadros de Evita, revistas y una amplia gama de sombreros en un puesto de Corrientes casi Paraná

 

 

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