Cada 24 de marzo es una oportunidad para reflexionar sobre la memoria, la verdad y la justicia. En este marco, la dimensión económica es clave, ya que la última dictadura cívico-militar sentó las bases del neoliberalismo en Argentina, un modelo que luego se profundizó con el menemismo, con el macrismo y con la actual administración nacional.

Comparar el plan económico de Martínez de Hoz (1976-1981) con el diseñado por Caputo y Milei es fundamental, especialmente para que los más jóvenes (muchos de ellos votantes de La Libertad Avanza) comprendan que el atraso cambiario, la especulación financiera, la reprimarización de la economía y el disciplinamiento de la clase trabajadora mediante la caída de los salarios reales no son innovaciones sino la reedición de un modelo aplicado hace casi cincuenta años, cuyo desenlace fue una profunda crisis económica y social.

En su primer discurso como ministro de Economía, Martínez de Hoz habló de un "nuevo capítulo" en la historia argentina y cuestionó el "intervencionismo estatizante y agobiante" en la economía. En esa oportunidad, presentó un plan que incluía la liberación de precios, la apertura de las importaciones y la desregulación del mercado de alquileres. Más de cuatro décadas después, el 19 de diciembre de 2023, Milei mencionó estos mismos puntos al anunciar el DNU 70/2023. 

Economía y acuerdo con el FMI

Otra similitud aparece con la reprimarización de la economía, basada en las ventajas comparativas del sector primario. Esta tendencia se refuerza con los datos del EMAE de diciembre de 2024, que muestran un crecimiento interanual del 7,6% en la explotación de minas y canteras y del 6,7% en agricultura, ganadería, caza y silvicultura. En contraste, la construcción cayó un 7,2% debido a la suspensión de la obra pública a nivel nacional.

Otro punto en común entre el plan de Martínez de Hoz y el de Caputo es el endeudamiento con el FMI. Durante la gestión de Martínez de Hoz, la deuda externa neta se triplicó: en diciembre de 1979 ascendía a USD8.500 millones (un 14% del PBI), mientras que para diciembre de 1981 ya alcanzaba los USD25.300 millones (un 42% del PBI). 

En los últimos días se anunció un nuevo acuerdo con el FMI, cuyos fondos se destinarán para rescatar la deuda que el Tesoro mantiene con el Banco Central y para cubrir los vencimientos con el propio organismo durante los próximos cuatro años. Cabe destacar que estos vencimientos provienen del acuerdo firmado por el mismo Caputo en 2018: un préstamo Stand-by de USD50.000 millones, el mayor registrado en la historia del organismo internacional.

El tercer punto de comparación es el atraso cambiario y la primacía de un modelo de valorización financiera por sobre uno productivo. Tanto la dictadura como el gobierno actual han intentado controlar la inflación mediante un tipo de cambio apreciado. Durante la dictadura se implementó la famosa "tablita", un esquema de devaluaciones preanunciadas con el objetivo de anclar los precios. En la actualidad, pocos días después de asumir, Caputo estableció una devaluación mensual del 2% para el dólar oficial, que luego redujo al 1%. Aunque la inflación ha mostrado una desaceleración, no logra perforar el piso del 2% mensual (la última medición fue del 2,4%, impulsada por el aumento del precio de la carne). No obstante, el riesgo de una crisis cambiaria sigue siendo alto si el esquema se vuelve insostenible.

Caída del poder adquisitivo

Un último (e inevitable) punto de comparación entre ambas gestiones es la fuerte caída del poder adquisitivo de las personas trabajadoras. Entre 1976 y 1982, el salario real se desplomó más del 40%. En la actualidad, bajo la gestión libertaria, los ingresos de amplios sectores (particularmente los jubilados) comenzaron a deteriorarse desde el primer día. En ambos casos, la caída del salario fue acompañada por mecanismos de disciplinamiento sobre la clase trabajadora: en la dictadura, mediante la desaparición forzada de personas, muchas de ellas militantes sindicales; hoy, a través de brutales represiones ante las diferentes expresiones de descontento popular.

Las revisiones históricas son fundamentales para cualquier sociedad, y los procesos económicos no son la excepción. En 2023, la propuesta de La Libertad Avanza se presentó como disruptiva, incluso planteando en su plataforma una dolarización de la economía.

 Sin embargo, quince meses después, nos encontramos con un esquema similar al implementado durante la última dictadura, cuyas políticas sentaron las bases para la destrucción de la industria nacional y los niveles de desempleo más altos de la historia en la década del 90. Memoria, verdad y justicia también para el tejido productivo argentino y para todas las personas que perdieron su empleo como consecuencia del abandono de un modelo productivo en favor de la especulación financiera.