INDIGNACIÓN

Misiones: Pueblos Originarios demandan agua potable

En toda la extensión de la provincia de Misiones se asientan más de un centenar de comunidades aborígenes, siendo una de las principales la Mbya. La misma cuenta con diversos poblados en diferentes localidades y todas sufren la falta de acceso a este fundamental requisito para la salud e higiene.

mresano

Sin lugar a dudas que Misiones es la provincia, o al menos una de las pocas provincias, cuya esencia está marcada a flor de piel por las comunidades originarias. Sin embargo, en los hechos, estos pueblos ya no forman parte de las entrañas misioneras. Producto de una notoria falta de interés de quienes administran el andar de todo el territorio, y que se cristaliza en la escasez y la carencia de derechos y servicios elementales para la subsistencia de los nativos. En toda la extensión de la provincia se asientan más de un centenar de comunidades aborígenes, siendo una de las principales la Comunidad Mbya. La misma cuenta con diversos poblados en diferentes localidades misioneras.

Uno de ellos es Perutí, de la localidad de El Alcázar, en la cual residen 300 familias, que conforman la segunda aldea Mbya más grande en el territorio, y que atraviesan un panorama por demás extremo en materia económica y sanitaria. Puesto que, en referencia al primer aspecto, no disponen de las herramientas y elementos necesarios para labrar la tierra.

Por lo tanto acudieron a las autoridades locales, y a la Dirección de Asuntos Guaraníes, dependiente del Ministerio de Derechos Humanos de la provincia, con el afán de solicitarles la provisión de un tractor y un disco de arado. Pero su pedido no tuvo reciprocidad. Al respecto, Martin Sereno, diputado misionero por el espacio Tierra, Techo y Trabajo, expresó que “se trata de atender una necesidad de urgencia, vinculada a la actividad agrícola de esta comunidad, que es su principal sostén, porque lo que cosechan lo emplean para alimentarse, y lo que les sobra lo venden”.  Por si fuera poco, 40 grupos familiares no disponen de agua potable porque “se debe realizar una mejora en la red de distribución, y ampliar el depósito. Aunque tampoco hubo respuesta”, detalló el legislador. El cual, a su vez, enfatizó que dichas problemáticas representan “una tontería, son de muy fácil solución. No pasa por una cuestión monetaria sino por falta de voluntad”. En la localidad de Libertad, tienen locación otros tres poblados Mbya, como por ejemplo Guaçurarí, la cual está inmersa en dos carencias por demás apremiantes. Una radica en un déficit de vivienda, puesto que muchos habitantes residen en casas construidas con cartón. La segunda se vincula con el faltante de un centro médico cercano.

En el mencionado punto misionero también se asienta Nuevo Amanecer, cuya población clama por una reforma en la red de agua para contar con el recurso, el cual hasta el momento es escaso. Al mismo tiempo, exigen la instalación de una parada de colectivos, dado que ningún transporte público se detiene, a pesar de las señas del pasajero, que depende de la buena voluntad del chófer. Ambas demandas tampoco revisten de complejidad para su resolución.

Por esta razón Sereno remarcó que “hay cierto grado de abandono, falta de voluntad política, desinterés por las posibilidades productivas y culturales, y el desarrollo de sus capacidades” por parte de las autoridades gubernamentales provinciales. Un desamparo que el mencionado diputado vincula a “mucho clientelismo y poco desarrollo real, no hay relevamiento y propiedad de las tierras, lo que lleva a conflictos con supuestos y poderosos dueños, que intentan desalojar a los nativos”.

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