NUMISMÁTICA

Ni cripto ni dorada: mirá esta moneda de tres centavos que puede llegar a valer 600 dólares

Algunos ejemplares raros pueden alcanzar cifras impensadas. Te contamos cómo reconocerlos y qué detalles influyen en su cotización.

BAE Negocios

Pocas personas tienen conocimiento de que alguna vez circularon en Estados Unidos monedas de tres centavos, cuyo valor ha crecido significativamente con el paso de los años. Estas piezas, acuñadas entre 1851 y 1873 por la Casa de la Moneda de EE. UU., fueron creadas ante la reducción del costo postal de cinco a tres centavos. Hoy, más de 150 años después, algunos de estos ejemplares pueden alcanzar cifras que oscilan hasta los 600 dólares, dependiendo de su condición y año de emisión.

Originalmente, estas monedas estaban compuestas por un 75% de plata y un 25% de cobre, con el propósito de evitar que se fundieran. Sin embargo, en 1854, el gobierno estadounidense aumentó el contenido de plata al 90%, conservando el mismo peso al reducir su grosor. Su pequeño tamaño y ligereza –con un peso de apenas 0.8 gramos– hicieron que estas monedas fueran conocidas entre los coleccionistas como “fish scales” (escamas de pescado), apelativo que alude a su apariencia brillante y diminuta.

 

La moneda de tres centavos que vale una fortuna 

El diseño de la moneda de tres centavos es una de sus características más distintivas. En el anverso se aprecia una estrella de seis puntas, con un arpa al centro, rodeada de la inscripción “Estados Unidos de América” y el año de acuñación. Mientras que el reverso presenta el valor nominal en números romanos (III) dentro de una gran letra C, junto a 13 estrellas y una ramita de olivo, que representan a las 13 colonias originales y la paz, respectivamente. Este diseño fue obra del grabador James Barton Longacre, un referente en la numismática del siglo XIX.

El valor de estas monedas varía notoriamente. Un ejemplar de 1851 en buen estado puede venderse por aproximadamente 25 dólares, mientras que en estado sin circular su precio puede ascender hasta 150 dólares. Monedas como la de 1855 que se encuentren bien preservadas podrían alcanzar los 225 dólares. Las más valiosas son aquellas acuñadas entre 1863 y 1872; por ejemplo, la moneda de 1869 en estado sin circular puede costar hasta 600 dólares, en razón de su escasa circulación y la dificultad para encontrarlas en buenas condiciones.

Adicionalmente, existe una variante especial del año 1851 con una marca de ceca “O”, que indica su acuñación en Nueva Orleans, en lugar de Filadelfia. Esta versión puede costar entre 40 y 250 dólares, dependiendo de su estado de conservación. En ocasiones excepcionales, como en el caso de monedas de prueba o con calificaciones superiores de conservación, su precio podría superar los 10,000 dólares en subastas especializadas. Un ejemplar notable fue una moneda de 1856 que se vendió por más de 13,800 dólares, gracias a su acabado tipo “Cameo”, que proporciona un brillo y contraste únicos.

Si alguna vez has poseído o sospechas tener en tu poder una moneda de tres centavos, es recomendable revisarla cuidadosamente. Un detalle fundamental a observar es el escudo en el anverso: si este se encuentra muy desgastado, el valor de la moneda será menor. Por el contrario, si está bien definido, libre de rayones o manchas, podrías tener en tus manos una valiosa pieza numismática.

Para determinar su valor exacto, se sugiere enviar la moneda a servicios de certificación como PCGS o NGC, que ofrecen una evaluación de su autenticidad y grado de conservación, asegurando así una tasación justa y profesional. En un mercado donde muchos aún desconocen el valor que pueden alcanzar estos ejemplares, la atención al detalle puede resultar clave para descubrir una joya escondida dentro de la historia monetaria estadounidense.

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