No habrá ninguno igual, Dios salve a Bulsara y su arte
Ya había ganado la eternidad por estrictas razones culturales, empero un 24 de noviembre de 1991 horas después de anunciar que padecía HIV Freddie Mercury murió en su casa de Kensington. "El Milagro" de haber contado lo relevante de tener a "Alguien a Quien Amar", de que no hay lugar para los perdedores en este mundo y que había llegado con su banda para conmovernos aunque fuera a través de una "Radio Ga Ga" no tendría vuelta atrás Mirá el video
En el portal aqueenofmagic.com aparece una publicación donde se expresa que, para un sinfín de admiradores de Freedie Mercury (FM), las efemérides -sean de gloria, luto o muerte- pasan casi desapercibidas porque el vínculo con el artista es cotidiano.
En honor a los créditos de autoría y en convicción de pensamiento sustentamos ese parecer. Mercury y Queen, su notable banda, hacen al día a día y como alguons productos nobles de la vida se conjugan en presencia o en el éter.
Sustentada la postura editorial sobre ¿qué hay de nuevo, viejo? Para aportar a este espacio donde BAE Negocios nos agasaja permitiendo escritura diremos:
No vale reseñar que llegamos a Montreux, sólo para deleitarnos con ese paraíso que cobijó a Bulsara, que vendimos un anillo de oro -bajo autorización materna- para adquirir las entradas de los shows del 28 de febrero y 8 de marzo de 1981 en Vélez Sarsfield, ni que tuvimos nuestra charla de honor con Bebe Sanzo y El Alesi respecto a la Reina.
Más allá de que el público se renueva será el desafío aportar algunas otras mieles respecto a FM.
Mario y un café triste
Y las iniciales, por asociación libre nos remiten a la 105.5 FM Hit donde trabajamos en los 90 como coordinadores de aire. Incluso allí recibimos al final de nuestro turno el comunicado donde Bulsara anunciaba al mundo su enfermedad.
Ni hablar de su deceso a las pocas horas. La novedad nos llegó a través del inolvidable Mario Guarneri, una de las personas más nobles que hemos de conocer en lo que a vida se refiera. Un café para compartir y su dedo índice señalando el monitor de la televisión donde aparecía el “Ultimo momento” parecen haber tenido lugar ayer.
Recordar que en la televisión argentina y otros lares, hubo comentarios evitables sobre el deceso de FM y su condición sexual, porque los 90 tampoco fueron sabrosos en razones de deconstrucción, aceptar al otro y esas razones esenciales del respeto.
Mario aquella comprendió nuestro dolor, él había comenzado a escuchar a Queen desde nuestra admiración y si bien prefería al tango y el folclore, supo degustar los sonidos mágicos de nuestra banda.
No faltaron los y las colegas que también con respeto nos saludaron como se lo hace a quien siendo querido perdió a una persona cercana y propia en cuanto a sentires.
Ninguno de esos gestos se olvidará. De allí que esta reseña intenta explicar algunas de las infinitas razones por las cuales la música es un lenguaje universal, se entienda o no la letra, porque uno puede lagrimear con tonos.
Con una ayudita de los amigos
Y según pasan los años se sostiene y fortifica la admiración, ya que los aportes intelectuales de amigos/as condimentan una decisión asumida, seguir disfrutando a Queen y a FM.
Es el caso del amigo y periodista Esteban Godoy, quién en una charla que comenzó sobre “los distintos” y Michael Jordan, me remarcó que para ser quien era el “23” de los Chicago Bulls había practicado durante años sus jugadas y destrezas. “Pasa con la música, la escritura, el cine. Hay talento pero también trabajo”, suele decir Godoy.
Y la obra de FM se traza también sobre esas lides, desde Rapsodia Bohemia u otras canciones. Los acordes pulidos hasta el infinito, las viejas cintas magnéticas desgastadas al máximo de tanta regrabación, las letras con apariencia siemple pero de altísimo contenido. Trabajo, ejercicio, perfeccionamiento, talento, visión y más.
El glamour empero, es el valor agregado que hace también a las grandes proezas de Bulsara y algún despiste cuando humano al fin intentó abordar con mayor profundidad los sonidos funky de los 80'.
Nobleza obliga, aún defensores a ultranza de uno de los peores, quizás el peor, disco de Queen (Hot Space), asumimos que algunas búsquedas no fueron prósperas.
Sucede que lo notable es de tal dimensión y riqueza en ritmos, versiones, shows en vivo y más que la fuente de inspiración de Bulsara y Queen, química indivisible, superan cualquier desliz.
Incluso el de los maestros Roger Taylor y Brian May para aceptar que el guión cinematográfico sobre los desbordes y excesos que mostró el film “Bohemian Rapsody” se le endosaron al 100% a FM.
Huele a injusto, pero no somos fiscales, solo estamos en la hinchada. Si de menciones honoríficas se trata corresponde un párrafo de honor a John Deacon, otro músico notable al que FM apuntaló -a la hora de su intromisión y otros males- durante toda la trayectoria de Queen (y el bajista se lo devolvió con afecto y hits memorables)
Fue el tímido Deacon el que plantó su bajo y bandera a la hora de la muerte de FM para sostener que no habría Queen sin Bulsara, porque él no tiene reemplazo posible.
Nadie quita al derecho a que los otros integrantes de la banda sigan asomando en los escenarios porque -quizás- "el show debe continuar". Ahora Deacon puso algo más que el toque justo para significar que palabras más o sílabas menos: no habrá ninguno igual a FM y eso incluye al Queen que recorre a la velocidad de la luz y la grandeza del sonido todas las galaxias que existan.