CRECIMIENTO ECONÓMICO

Para Moody’s, la economía argentina se beneficiará en 2024 de la llegada de El Niño

El fenómeno climático afectará negativamente el norte de América del Sur, pero será favorable para los cultivos y la generación de energía hidroeléctrica en el extremo sur del continente

Marcisoca

El más reciente informe del servicio de inversores de la calificadora de deuda Moody’s respaldó el optimismo del Banco Central respecto de las mejoras para la producción de los principales cultivos de la Argentina con la llegada de El Niño, un ciclo climático que le aportará más temperatura y más humedad a la región en 2024. El informe que analiza el impacto de este fenómeno natural sobre toda América Latina posiciona al país como uno de los más favorecidos ya que beneficiará a la producción cerealera, la de soja, la azucarera y consecuentemente la producción de bioetanol, pero también la de otras fuentes de energías renovables, en particular la de energía hidroeléctrica por la recomposición de los caudales de los afluentes fluviales de las centrales.

El reporte, que analiza el impacto del fenómeno climático sobre las producciones de varias de las compañías privadas cuyas deudas Moody’s calific,a deja a la Argentina como uno de los grandes beneficiados por la humedad que va a aportar El Niño tras la sequía histórica de 2022 y 2023. En efecto, para Colombia  o el norte de Brasil, las noticias que trae son negativas por las oleadas de calor aparejadas, mientras que para los cultivos cerealeros y oleaginosos del sur de Brasil, de Paraguay y Argentina, las novedades serán mayormente beneficiosas, incluso si en el centro del Continente también habrá riesgos de inundaciones.  Esto también son buenas noticias para el sector bancario por la recuperación de la capacidad de repago de los agricultores.

El diagnóstico para el conjunto de la región no es tan optimista. "Los gobiernos latinoamericanos, sus empresas y la infraestructura tienen menos flexibilidad financiera para lidiar con un emergente El Niño que las que tenían cuando el fenómeno golpeó con fuerza la región por última vez en 2016. Años de bajo crecimiento, acumulación de deuda, costos financieros más altos y riesgos de política crecientes dejan a los gobiernos, las empresas de recursos naturales y la infraestructura con menor fortaleza financiera para enfrentar potenciales daños físicos y disrupciones operativas. Sin embargo, la mayoría de los sectores y países latinoamericanos navegan los shocks climáticos sin mayor estrés crediticio gracias en parte a los esfuerzos por mejorar la resiliencia física, mientras que algunos de ellos incluso se verán favorecidos por el fenómeno", señalaron desde la calificadora.

"Disrupciones en los cultivos en Brasil pueden inflar los precios de los alimentos, mientras que lluvias más fuertes en Argentina pueden impulsar la producción. Mayores lluvias que interrumpan las producciones mineras de cobre y zinc en Perú y Chile o las de mineral de hierro en Brasil pueden restringir la oferta y elevar los precios globales de estos metales básicos", agregaron. 

Para Argentina y Chile, también son buenas las perspectivas en materia de generación hidroeléctrica, destacó el informe. “Mayores lluvias incrementarán la generación hidroeléctrica en Argentina y Chile y, mientras los precios bajarán en Chile, los controles de precios y subsidios en Argentina contrarrestarán cualquier impacto en materia de generación”, aseguró el reporte.

Mientras, para el mismo sector en Colombia, el panorama de sequías genera proyecciones negativas. Para el canal de Panamá la falta de agua es un mal augurio.

 

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