LA ERA MILEI

Paritaria UOM bajo llave, el Gobierno no la convalida y crece el malestar sindical

El pacto firmado con las cámaras empresarias sigue sin homologación. El gremio advierte que, sin avances, peligran la paz social y la actividad. El convenio incluye sumas no remunerativas y un ingreso de referencia

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La negociación colectiva de los metalúrgicos continúa enmarcada con signos de interrogación, a la espera del visto bueno de la Casa Rosada para el acuerdo alcanzado por la UOM con la mayoría de las cámaras empresarias, en negociaciones privadas. Esta pulseada con ejes y matices definidos certifica que “toda paritaria es política”. Entre los elementos que lo reflejan, se destaca que la UOM es apuntada por la gestión libertaria y núcleos patronales debido a su adhesión a Cristina Fernández y al kirchnerismo; que el titular de la secretaría de Trabajo, Julio Cordero, asumió en esa esfera tras dejar el Grupo Techint; y que otro gremio industrial como la Uocra, sí obtuvo el “aprobado” gubernamental para sus incrementos salariales luego de una negociación similar, léase en charlas privadas con empleadores y posterior presentación ante la cartera laboral.

 

La paritaria metalúrgica, que en tiempos no lejanos tuvo una dinámica intensa en la discusión por mejoras salariales y condiciones de trabajo, pasó de ser referencial, como modelo comparativo para otros convenios registrados, a una instancia probablemente “emblemática”, por su potencial como espejo para que otros gremios evalúen cuánto y cómo negociar bajo un estricto techo salarial.

“Sabemos que el Gobierno demora la homologación; persiste la resistencia a nuestro convenio. Parece que no aceptan que podamos llegar a un entendimiento privado que garantice mejoras reales”, reiteró a BAE Negocios Rubén Urbano, secretario de Prensa del Secretariado Nacional de la UOM. Según consta en las actas firmadas, el gremio y las cámaras del sector metalmecánico ratificaron el acuerdo rubricado el miércoles 4 del corriente, donde se establecen las nuevas escalas salariales para el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) 260/75.

En un clima atravesado por las denuncias del gremio sobre políticas antiindustriales del Gobierno, como la apertura de importaciones y el techo paritario trazado por el Ministerio de Economía y resguardado por la Secretaría de Trabajo, que aún no homologó el 7,6% acordado entre empresas y gremio, tanto el sindicato como los empleadores aguardan la aprobación oficial de los incrementos.

Con un plan de lucha votado en abril durante su Congreso Nacional de Delegados, la UOM advirtió que, sin homologación de la paritaria y tras agotar su buena voluntad para mantener la “paz social”, se activarán medidas de fuerza. Las cámaras empresarias, salvo las pymes agrupadas en Camima, respaldan el convenio por entender que garantiza estabilidad laboral y actividad en sectores clave.

Los metalúrgicos que lidera Abel Furlán están convencidos de la necesidad de frenar la pérdida de poder adquisitivo en el rubro industrial, en un contexto de recesión y crisis sectorial. El convenio establece los siguientes incrementos y sumas fijas no remunerativas, a pagarse en abril, 3,3% más $30.000 no remunerativo; en mayo, 1,2% más $25.000 no remunerativo; en junio, 1,1% más $25.000 no remunerativo; en julio, 1% más $25.000 no remunerativo; y en agosto, otro 1% con $25.000 no remunerativo.

Pese a la reticencia empresaria durante las negociaciones, la UOM logró incorporar una cláusula de revisión para que, a partir de septiembre, se abra una nueva ronda de negociaciones a fin de monitorear el convenio.

El acuerdo fue rubricado por el gremio con las cámaras Adimra, Afarte, Caiama, Fedehogar y AFAC. Por su parte, Camima fundamentó su negativa con una postura que dejó al descubierto tensiones dentro del frente empresario. “Lamentamos que no todos entiendan la problemática actual de las pymes, pero Camima mantiene su convicción de defender a las pymes para defender a los trabajadores”, afirmó José Luis Ammaturo, secretario de esa cámara.

“Las mejoras salariales, si bien necesarias y anheladas por Camima para todos los trabajadores, deben responder a un incremento de la productividad, a una disminución de la litigiosidad y a una reducción de las tasas e impuestos. Estos principios guiaron la postura de nuestra cámara en la negociación y seguirán haciéndolo”, agregó el empresario.

Como elemento novedoso, el pacto incluye la creación de un Ingreso Mínimo Global de Referencia (IMGR).

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