Por qué El Eternauta se convirtió en un símbolo que desafió a la dictadura

En medio del horror de la dictadura, El Eternauta se transformó en un emblema de resistencia. La historia detrás de su creador, Héctor Germán Oesterheld

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Cuando Héctor Germán Oesterheld imaginó El Eternauta, no sabía que Juan Salvo, su protagonista, trascendería los límites de la ciencia ficción para convertirse en una figura de lucha contra la opresión en Argentina. Publicada por primera vez en 1957 en la revista Hora Cero Semanal, la historieta relataba la supervivencia de un hombre común frente a una invasión alienígena en un Buenos Aires anegado por una letal nevada.

Francisco Solano López, el dibujante que acompañó a Oesterheld, capturó en sus viñetas "una superficie saturada, mucha flexibilidad y tinta china aguada", según explicó en una entrevista en 2003. Esa estética intensa ayudó a consolidar el impacto del relato en la cultura popular.

Con el tiempo, El Eternauta se volvió una historia imprescindible. Según el escritor Luciano Saracino, "es la primera gran obra de ciencia ficción argentina, con todas las letras" y "la que vino también para contarnos que en la Argentina, también podíamos vivir la aventura".

La historia inicial planteaba una alegoría del argentino promedio enfrentando la adversidad. Sin embargo, en 1976, en plena clandestinidad y militancia en Montoneros, Oesterheld escribió El Eternauta II. Esta continuación presentaba textos más agresivos y abiertamente políticos.

La vida del guionista corrió el mismo destino que sus historias. El 27 de abril de 1977, Oesterheld fue secuestrado en La Plata por la dictadura. Sus cuatro hijas, Diana, Beatriz, Estela y Marina —dos de ellas embarazadas— también fueron raptadas y asesinadas. En su testimonio ante la Comisión Nacional de Desaparición de Personas, el psicólogo Eduardo Arias recordó: "Su estado era terrible. Permanecimos juntos mucho tiempo (...) Nunca olvidaré aquel último apretón de manos".

La tragedia de Oesterheld, aniquilado junto a su familia, selló la dimensión simbólica de El Eternauta. El personaje de Juan Salvo, atrapado en un mundo devastado, encarnó la resistencia contra un enemigo sin rostro, como lo era la represión militar.

La historieta, considerada una de las más importantes de América Latina, sigue vigente. En cada pintada, en cada acto de memoria, el Eternauta camina bajo la nevada mortal, recordando que la lucha por la libertad y la dignidad nunca desaparece.

Hoy, con el estreno de su adaptación en Netflix, protagonizada por Ricardo Darín, el legado de Oesterheld resurge con fuerza. Su obra, nacida de la imaginación y endurecida por el horror, continúa interpelando a generaciones.

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