Premios justos en un muy buen Festival de Mar del Plata

La española O que arde, la gran triunfadora

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Con la victoria de O que arde, gran película gallega de Oliver Laxe, llegó a su fin la 34° edición del Festival Internacional de cine de Mar del Plata. La película de Laxe se llevó el Astor de Oro a la Mejor película y el de Plata al Mejor guión. La otra película que obtuvo dos premios fue Vitalina Varela, del maestro portugués Pedro Costa, que se llevó el de Mejor dirección (compartido con la alemana Angela Schanelec, premiada por I was at home, but...) y el de Mejor actor para Ventura. La mejor actriz resultó la argentina Liliana Juárez por Planta permanente, y el premio del público fue para el melodrama brasileño A vida invisível, de Karim Aïnouz.

El palmarés principal fue justo: desde el primer día, el filme de Laxe parecía ser el elegido de todos. Pero en general la competencia fue muy buena, de las mejores de los últimos años. Lo mismo el resto de las selecciones: en cuanto a películas, Mar del Plata estuvo realmente a la altura de un Festival Clase A, incluso si no presenta estrenos. En esta edición sucedió también que las salas se llenaron incluso en el caso de las muestras de cortos o de cine más experimental (en ese sentido, el trío Calendario de lluvias, de Claudio Caldini, La timidez de los árboles, de Flavia de la Fuente, y Myst, de Narcisa Hirsch fue un momento altísimo en la muestra). Ayudó solo en parte el fin de semana largo: fue muy buena la difusión y también la venta anticipada de tickets.

Mar del Plata logró homenajear como corresponde a José Martínez Suárez, presidente de este festival hasta su muerte hace pocos meses, y símbolo del evento. "Las estrellas son las películas", era su lema y en esta ocasión eso fue más cierto que nunca. Mérito también de la directora artística Cecilia Barrionuevo y sus adláteres Marcelo Alderete y Pablo Conde, el núcleo duro del estilo del Festival.

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