Rechazan la demanda antimonopolio contra Meta por las compras de Instagram y WhatsApp
Resolvieron que no se probó que Meta ejerciera un monopolio al adquirir Instagram y WhatsApp
Un juez federal de Washington rechazó este martes la demanda antimonopolio que la Comisión Federal de Comercio había presentado contra Meta por las compras de Instagram en 2012 y WhatsApp en 2014. El fallo señaló que el organismo no acreditó que esas adquisiciones hubieran consolidado un monopolio en redes sociales ni que la empresa hubiera mantenido ese poder mediante prácticas anticompetitivas.
La demanda se presentó a fines de 2020, durante el primer gobierno de Donald Trump. La FTC sostenía que Meta —entonces Facebook— buscó “enterrar” a rivales incipientes mediante compras millonarias que impedían su desarrollo. Marcaba como eje la adquisición de Instagram por USD 1.000 millones y la de WhatsApp por USD 19.000 millones, y planteaba que esas operaciones apuntaban a neutralizar amenazas en un mercado que definía como “redes sociales personales”.
Para sostener ese diagnóstico, el organismo reunió más de 400 documentos internos de la empresa, además de seis semanas de audiencias con 38 testigos, entre ellos Mark Zuckerberg. En esos intercambios, ejecutivos de distintas plataformas ofrecieron definiciones dispares de qué es una red social y de cuánto margen tendrían Instagram y WhatsApp en un escenario donde no mediaban las compras.
Argumentos enfrentados durante el juicioLa FTC intentó probar que Meta retuvo un poder dominante frente a un grupo reducido de competidores, en particular Snapchat. El juez James Boasberg señaló que el organismo mantuvo esa lectura acotada aun cuando el mercado se transformó con la irrupción de TikTok y YouTube. También recordó que la propia FTC había revisado y aprobado ambas adquisiciones al momento de concretarse.
Meta defendió que la competencia se intensificó con plataformas de video y que su mayor rivalidad actual se ubica en contenidos breves guiados por algoritmos. La empresa insistió en que Instagram y WhatsApp crecieron a partir de sus recursos y que la evolución del sector volvió más difícil plantear un monopolio estático.
El razonamiento del juezEn una resolución de 89 páginas, Boasberg concluyó que la FTC no probó que Meta detuviera el desarrollo de competidores ni que hubiera mantenido un poder excluyente. Planteó que el mercado cambió de manera acelerada a lo largo de la década y que no surgieron pruebas que demostraran que una ruptura de la empresa fuera necesaria. Para el magistrado, la participación de Meta incluso parece disminuir en un ecosistema donde plataformas suben y bajan con rapidez.
Con ese criterio, desestimó el pedido de la FTC para obligar a la compañía a desprenderse de Instagram y WhatsApp. El organismo expresó su desacuerdo y afirmó que revisará sus opciones. Su vocero, Joe Simonson, sostuvo que "la baraja siempre estuvo cargada" contra el organismo.
Un fallo dentro de una ofensiva más ampliaLa decisión se conoció mientras el Gobierno estadounidense mantiene causas abiertas contra Google, Amazon y Apple. El Departamento de Justicia obtuvo dos fallos favorables contra Google —por su dominio en búsquedas y por tecnología publicitaria—, aunque un juez de distrito rechazó obligar a la compañía a desprenderse de Chrome.
Boasberg ya había desestimado una primera versión de la demanda contra Meta en 2021, así como un planteo similar de los estados. Aun así, permitió que la FTC reescribiera su caso y lo sostuviera bajo la administración de Joe Biden.
Lo que queda para MetaAunque este fallo cerró la disputa por las antiguas compras, la empresa enfrenta otros frentes judiciales. Zuckerberg deberá presentarse en enero ante un tribunal de California en un juicio que investiga el impacto de las redes sociales en usuarios jóvenes. El responsable de Instagram, Adam Mosseri, también fue citado.
La resolución de Washington no cierra el debate sobre la regulación del sector, pero marca un punto clave en un litigio que se extendió durante años y que volvió a mostrar cómo las definiciones sobre competencia se mueven al mismo ritmo que las plataformas que intentan regular.