En las próximas Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el próximo 13 de agosto, y de cara a las elecciones 2023, los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires elegirán a sus candidatos a jefe y vicejefe de Gobierno porteño a través del sistema de la Boleta Única Electrónica (BUE) mientras que, en el mismo acto, mantendrán el sistema tradicional de boleta sábana de papel para elegir a los candidatos a Presidente y Vice, entre otros cargos. Esto será así debido a que la elección local y la nacional no estarán desdobladas, por lo que la dinámica de votación será muy particular para los porteños.

A tan solo dos semanas de las PASO 2023, el Juzgado Federal N°1 con competencia electoral a cargo de la jueza María Romilda Servini, organizó un simulacro de votación abierto para todos aquellos que quisieran probar presencialmente cómo será el proceso de votación.

El evento se inauguró este jueves, durará hasta las 6 de la tarde de este viernes 28 de julio, y se desarrollará en la Escuela Primaria Común N°08. Servini de Cubría confirmó además que el Gobierno de la Ciudad distribuirá simulacros de votación en las calles de la city porteña a partir del lunes 1 de agosto.

Una vez que se ingresa al salón, en vez de hacer la fila para entrar a un aula privada con papeles de diario que cubren las ventanas y recorrer mesas con las boletas de cada lista, el votante se encontrará con que el cuarto oscuro, la urna electrónica y el pupitre con las autoridades de mesa se encuentran todos en el mismo lugar. ¿Cómo? El cuarto oscuro ya no será el aula completa, sino que se tratará de una caja de cartón.

Cuando las autoridades de mesa reciben el DNI del votante, le entregarán, como siempre, el sobre donde meterá la lista del candidato elegido. En lugar de entrar a un aula, el camino que le sigue implica adentrarse en un cuarto oscuro que no es más que tres paredes de cartón con las 27 listas presidenciales exhibidas en paneles verticales, y allí seleccionar las categorías nacionales en las listas sábanas tradicionales. En el pupitre -donde habrá dos urnas- el elector debe insertar el sobre como siempre.

Una vez realizada la votación a nivel nacional, llega el acto novedoso: la urna electrónica para la elección local. A pesar de encontrarse a vista de todos, la computadora cuenta con dos alas en los costados para mantener la privacidad y el secreto del voto.

Las autoridades entregan para esta elección local un troquel para verificar la autenticidad del voto.

El votante llega a la computadora con la boleta BUE que debe introducir en la urna electrónica para realizar la votación. Recién cuando la BUE se inserta en la urna electrónica, aparecen en la pantalla dos opciones: votar por agrupación política, o votar por categorías. La primera permite seleccionar por partido político, mientras que la segunda muestra las opciones por número de lista de forma aleatoria para Jefe de Gobierno, Diputados de la Legislatura de la Ciudad y Miembros de la Junta Comunal. En todas las opciones existe la posibilidad de votar en blanco.

Los electores pueden modificar su elección e incluso reiniciar toda la operación si lo desea, pero si ya la decisión está tomada el votante sólo debe seleccionar el botón “Imprimir”. La BUE cuenta con un chip que, cuando se imprime, cuenta con la información del voto. El propio ciudadano puede utilizar para verificar que esté correctamente registrado desde el lector de la máquina, y luego esa boleta se presenta en la mesa, donde verifican que los símbolos del troquel coincidan, y recién entonces el voto se inserta en la segunda urna.

El escrutamiento de votos se realiza también desde la misma máquina, donde el presidente de mesa puede acceder a la función de conteo con una credencial. Según el Juzgado Federal N°1 con competencia electoral, la máquina “funciona como una calculadora” y no retiene información sobre el voto, por lo que para realizar el escrutamiento la autoridad de mesa debe acercar el chip de cada boleta al lector.

De esta manera, la máquina va reteniendo la información a medida que lee el chip de las boletas y, finalmente, muestra el resultado.

Según advirtieron fuentes del Juzgado Federal, si la boleta impresa tiene un rayón escrito o cualquier marca significante en tinta el voto será anulado por el lector. 

Servini ordenó que la mayoría de las urnas se encuentren en planta baja para facilitar la experiencia de voto de los discapacitados y, con ese objetivo en mente, reclutaron 9.270 mesas, dentro de las cuales sólo el 10% se encuentran en el primer piso. “Como a mí toda mi vida me costó subir las escaleras, no me gusta que las urnas estén en un segundo piso”, bromeó la jueza.

Con respecto a por qué este sistema se implementa sólo en la Ciudad de Buenos Aires, Servini explicó que la geografía de la ciudad es más amigable que otros territorios donde, por cuestiones naturales, la instalación se haría más dificultosa. “Yo digo que el país es todo completamente distinto: hay provincias donde las urnas suben en burro y otras donde bajan en canoa, no es lo mismo que acá bajen en un camión”, expresó la jueza, y agregó: “Lo que yo organizo acá, que es un lujo, porque toda la ciudad es plana no es lo mismo que lo que puede hacer Salta, que tiene montañas”.

Además, detalló que la idea de que las urnas estén a la vista tiene que ver con cuidar de que se mantenga en buen estado. De todas formas, preveen contar con urnas electrónicas extra por si alguna se rompe, y la jueza agregó que habrán camiones recorriendo la Ciudad para realizar repuestos de urnas.

Asimismo, que la sala de votación sea en espacio abierto también permite que los técnicos o delegados puedan asistir a los votantes que necesiten. Fuentes del juzgado agregaron que desde la semana pasada comenzaron a capacitar a fiscales de mesa, y continuarán hasta el día de las elecciones.