Son inaceptables los números de pobreza e indigencia
Se profundizan la desigualdad y la inequidad entre el norte y el sur de la Ciudad.
Pareciera que para el Gobierno de la Ciudad es como el tango “Que 20 años no es nada...” Pero cabe destacar que ni Mauricio, Horacio y Jorge son Gardel o Le Pera. Casi 20 años de gobierno y la reciente publicación de los datos de pobreza en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires revela una realidad dolorosa que arroja sombras sobre la gestión del Jefe de Gobierno, Jorge Macri. En un contexto donde la capital argentina debería ser un faro de desarrollo y oportunidades, los números cuentan una historia de desamparo y marginación que no puede ser ignorada.Según las estadísticas, 300 mil familias y casi 900 mil personas son pobres en CABA.La pobreza fue de 28,1% en el tercer trimestre de 2024, y se trata de la medición más alta desde 2015, de acuerdo con datos del Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (IDECBA).Siguiendo con el informe, podemos apreciar que “dentro del conjunto de hogares y personas en situación de pobreza, los que están en situación extrema (indigencia) se incrementan, pasando a representar el 33,0% de los hogares y el 39,1% de las personas con carencias de ingresos”. El informe destaca que el 33,0% de los hogares en situación de pobreza no tiene ingresos suficientes para costear una canasta básica de alimentos.Debemos destacar un dato importante que es el costo de vida en la Ciudad.El informe detalla que,para no ser considerado pobre, un hogar porteño necesitó ingresos mensuales de $1.032.246, mientras que para superar la línea de indigencia se requirieron $551.679. En cuanto a la clase media, los ingresos debían superar los $1.614.641,54.Realmente cada día se hace más difícil vivir en nuestra querida ciudad.Un dato que debería preocupar al Jefe de Gobierno porteño es que el 42,6% de los niños, niñas y adolescentes (0-17 años) residen en hogares en condición de pobreza, lo que significa un total de 283.000 personas en ese grupo de edad.Ni la clase media ni la alta se salvaron de las garras del gobierno. La primerase contrajo al 49,5% de los hogares, y al 46,1% de la población. Esto equivale a 669.000 hogares y 1.422.000 personas, respectivamente. Este retroceso posiciona a la clase media en uno de sus niveles más bajos desde 2015. Los sectores altos también disminuyeron, representando el 8,1% de los hogares y el 6,4% de la población, lo que implica unos 110.000 hogares y 198.000 personas. Estos guarismos también son los más bajos de la serie histórica.Como viene sucediendo en los últimos gobiernos del PRO en Caba, se profundizan la desigualdad e inequidad entre el sur y el norte. Entre los sectores quese ven más impactados por la pobreza están los hogares ubicados en la zona sur (35,0%) ya los que tienen niños y niñas de menos de 14 años (35,6%). @Estas cifras son más que frías estadísticas; son vidas afectadas, sueños truncos y una sociedad que se fragmenta cada vez más. Si bien el gobierno de CABA, en sus distintas versiones, ha presentado propuestas y políticas para enfrentar esta situación, la ineficacia y la falta de un enfoque integral en la lucha contra la pobreza son innegables. Claramente, la lucha contra la pobreza, la gente en situación de calle, una política robusta y eficiente de vivienda para barrios populares, jóvenes y clase media no fueron prioridad.@Creo que es necesario realizar un escueto análisis de cómo recibió la Ciudad allá por el 2007 Mauricio Macri. Según un informe de la Unidad de Información, Monitoreo y Evaluación (UIMyE), Ministerio de Desarrollo Social, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de aquellos años, el 7% de los hogares y el 11,6% de la población se encontraban en situación de pobreza . Evidentemente, las políticas impulsadas por los gobiernos en materia social fueron ineficientes e insuficientes.
Volviendo a la realidad, la gran pregunta es: ¿Qué ha hecho Jorge Macri durante su gestión para transformar estos números en oportunidades? La respuesta parece ser insuficiente. En lugar de destinar recursos a programas que combatan la raíz del problema, se ha optado por políticas que, en su mayoría, parecen ser acciones superficiales, desactualizadas, parches temporales que no abordan la realidad estructural de la pobreza y la vivienda. Estos esfuerzos fragmentados no solo son ineficaces, sino que también generan desconfianza en una ciudadanía que necesita ver un compromiso genuino por parte de sus gobernantes.La pobreza en CABA no es un problema que se pueda ignorar ni postergar, es un acto de desidia que perpetúa la desigualdad. Es inaceptable que la ciudad más rica del país tenga un tercio de su población sumergida en la pobreza, y menos aún en tiempos donde el mundo enfrenta desafíos económicos y sociales profundos. Jorge Macri debe entender que su responsabilidad va más allá de la gestión pública del día a día. Implica un compromiso firme y sostenido con aquellos que han sido olvidados por las políticas que priorizan el crecimiento del mercado por encima del bienestar social. Necesitamos un Jefe de Gobierno presente, que trabaje y que se ocupe de los problemas de los vecinos y que no se ocupe de la politiquería barata y si su primo puede ser candidato.Lo eligieron para gobernar la ciudad, no para reposar en la comodidad del poder.Necesitamos un gobierno que escuche, que proponga soluciones sostenibles, que involucre a la sociedad civil y que respete la dignidad de todos los ciudadanos. Este es el gran desafío del peronismo en la ciudad: generar confianza, construir con amplitud y convocar a todos los sectores que estén de acuerdo en hacer una Ciudad de Buenos Aires con equidad, igualdad de oportunidades, pujante y ordenada.Las elecciones están a la vuelta de la esquina, y es momento de que los ciudadanos exijan respuestas y compromisos reales. Los datos de pobreza son una llamada de atención: no son solo cifras, son recordatorios de que la gestión del gobierno debe estar al servicio de todos, no solo de unos pocos.