Todas las películas de la saga X-Men para revisar en Disney+
La primera gran saga de los superhéroes de Marvel fue la de X-Men, que hay que revisar justo cuando Disney+ sube a su plataforma la continuación de la célebre serie animada sobre los personajes, X-Men 97. Aquí revisamos toda la serie una por una y decimos cuáles son las mejores. Spoiler: son todas buenas, igual.
Acaba de estrenarse en Disney+ la serie X-Men 97, que continúa la célebre tira animada de los años noventa (mismo estilo, mismos personajes, más o menos las mismas voces, buena calidad), es hora de revisar todas las películas de estos personajes que abrieron en cierto sentido el cine de superhéroes de enorme presupuesto hace un cuarto de siglo. No todas las películas son buenas; por lo general los personajes son superiores a las tramas. Pero han dejado varios iconos -el Wolverine de Hugh Jackman es el mayor, además de volver al actor el que más veces interpretó determinado superhéroe en la pantalla: con el próximo Deadpool serán nueve- y actuaciones perfectas. Seamos cronológicos.
X-Men, de 2000, fue dirigida por Bryan Singer, el realizador que más filmes de la serie realizó. Hay mucha oscuridad, mucha "importancia" en el trato metafórico -o no tanto- del tema del racismo. Tarda en arrancar, tiene momentos que causan cierta vergüenza ajena, pero la confrontación final -aunque los trajes negros les hacen poca justicia a los personajes- es espectacular y sentó las bases para lo que habrían de venir en el género. Hay que pensar que es un año anterior a la Spider-Man de Sam Raimi. Además, permitió la consagración definitiva de Hugh Jackman, que se roba cada escena en la que aparece y tiene una gran relación casi de padre e hija con Anna Paquin.
X-Men 2 (2002) está dentro de lo mejor de la serie. No sólo por su espectacular secuencia inicial, sino porque varios temas se desarrollan mucho mejor (la relación entre Jackman, Famke Janssen y el Cyclops de James Marsden). También está más desarrollada Storm (Halle Berry) y se vuelve un icono Rebecca Romijn como Mystique. Esta vez hay más complejidad en los temas, e incluye algunas reflexiones sobre la fe y la religión, así como sobre el sacrificio, que son poco frecuentes en esta clase de películas. El final es de los mejores de la saga.
X-Men 3, la batalla final (2003) quedó en manos de Brett Ratner cuando Synger se fue a dirigir la fallida Superman Returns. Pero resulta un cierre satisfactorio al enfrentamiento entre los mutantes que quieren integrarse al resto de la Humanidad y aquellos que quieren desplazarla (por propia supervivencia: el Magnetto de Ian McKellen mantiene cierta ambigüedad en todos los filmes; perfecto complemento del Xavier de Patrick Stewart). Más épica y más grandota que las anteriores, no llega al nivel de lirismo de la segunda pero resulta bien contada; de hecho, es la mejor película del artesano Ratner.
X-Men: primera generación (2011) es absolutamente brillante. Dirigida por el muy imaginativo Matthew Vaughn (creador de la serie Kingsmen), toma el origen de los personajes en su juventud. Más allá del famoso Viola Gesell situado en Bariloche (un meme de singular trayectoria), las actuaciones de Michael Fassbender como ese Magnetto que se salvó de los campos de exterminio nazis y el conciliador Xavier de James McAvoy son memorables. No tanto la Mystique de Jennifer Lawrence, que de todos modos hace algo totalmente nuevo con un personaje que había sido puramente visual.
El regreso de Bryan Singer fue tremendo, con Días del futuro-pasado (2014), basado en una de las historietas más icónicas de la larga saga de estos personajes (que en realidad cuajaron pasada la mitad de los años setenta, bastante tarde para Marvel, cuando tomó las riendas de la serie Chris Clearemont). Es el primer "ambicioso crossover" en la historia de los superhéroes porque incluye, viajes en el tiempo mediante, a todos los X-Men que aparecieron en las diferentes etapas de la saga. El link entre todos es Logan/Wolverine, y Singer esta vez incluye muchas cosas: desde una genial escena lúdica con Quicksilver a toda música hasta un homenaje al cine de espionaje de los años setenta con Fassbender y Lawrence (una relación de alta complejidad para esta clase de películas). Está también dentro de lo mejor de la serie.
A mucha gente no le gustó X-Men: Apocalypse (2016), pero se equivocan. Por fin, después de muchos conflictos personales, traumas, idas y vueltas en el tiempo y larguísimos etcéteras, la serie se estabilizó en una aventura, aunque todavía tiene esa rémora trágica en la historia de cómo Magnetto pierde a su familia (algo que de todos modos está en los cómics, como está que sea el padre de Quicksilver y de Wanda Maximoff, algo que, por razones de derechos, quedó de lado en la saga Avengers, pero quién sabe ahora que Disney lo tiene todo). Es una gran aventura, logra integrar la idea de un villano tremendo (a cargo, muy bien, de Oscar Isaac) con el conflicto "Humanidad vs. Mutantes" y tiene momentos de imágenes bien líricas (el "despertar" de la Phoenix a cargo de Sophie Turner). En cuarto lugar entre lo mejor.
Y finalmente, Dark Phoenix (2019). Aquí las cosas no salen del todo bien, probablemente porque Sophie Turner, surgida de Game of Thrones, no está todavía para sostener un gran protagónico (no es mala, sólo que le "falta" algo). Tiene momentos muy buenos y una especie de desproporción entre lo gigante y el ambiente (demasiadas explosiones enormes y expresiones de dolor que se disuelven rápido, como si no importaran). No es mala, pero sí es un paso en falso.
Y hagamos mención de Los Nuevos Mutantes, destrozada por la pandemia y sólo hoy en streaming. Es básicamente una película de terror con mutantes y el casting prometía bastante (especialmente Maisie Williams y Anya Taylor-Joy). Pero lo más probable es que no veamos continuación de esta experiencia. Igual vale la pena.