El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llega mañana a Egipto para encabezar la cumbre internacional que busca cerrar el acuerdo de paz en la Franja de Gaza. El encuentro, que se desarrollará en la ciudad de Sharm el Sheij, apunta a formalizar el alto el fuego entre Israel y Hamás, aunque ninguno de los dos actores principales participará del evento.

"Será un momento muy especial", afirmó Trump antes de embarcar rumbo a Oriente Medio. Lo acompañan su secretario de Estado, Marco Rubio; el jefe del Pentágono, Pete Hegseth; el director de la CIA, John Ratcliffe; y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Dan Kaine.

La cumbre, copresidida por el mandatario estadounidense y el presidente egipcio Abdulfatah al Sisi, reúne a líderes de más de veinte países, entre ellos el secretario general de la ONU, António Guterres; el primer ministro británico, Keir Starmer; los jefes de gobierno de España, Francia, Italia y Alemania; y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. También participan el rey Abdalá II de Jordania y representantes de India, Pakistán, Catar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Indonesia.

 

Intercambio

Egipto, anfitrión del encuentro, busca consolidar su papel como mediador clave entre Israel y las facciones palestinas. Fuentes diplomáticas aseguran que el objetivo principal será garantizar la aplicación del cese del fuego iniciado el 10 de octubre y avanzar en los mecanismos de intercambio de prisioneros y rehenes.

Según lo pactado, Hamás comenzará este lunes la liberación de los cautivos israelíes, mientras las Fuerzas de Defensa de Israel se retiran hacia las líneas de seguridad acordadas. El grupo islamista tiene un plazo de 72 horas para entregar a todos los rehenes vivos y los cuerpos de las víctimas que pueda recuperar. A cambio, Israel deberá liberar a 250 prisioneros condenados a cadena perpetua y a 1.700 palestinos detenidos tras los ataques del 7 de octubre de 2023.

El acuerdo incluye una cláusula central: Hamás y otras facciones armadas no podrán participar en la administración civil del enclave, ni directa ni indirectamente. Los combatientes que entreguen las armas recibirán una amnistía, en un intento de favorecer la desmilitarización del territorio.

 

Negativas

El trasfondo político del acuerdo muestra la intención de Trump de proyectar una imagen de liderazgo global antes del cierre de su mandato. Washington intenta reposicionarse como garante de la estabilidad regional, un rol que durante los últimos años compartieron Egipto, Catar y Arabia Saudita.

Pese a los avances, el gobierno israelí rechazó liberar a dos figuras emblemáticas del movimiento nacional palestino, Ahmad Saadat y Marwán Barghuti. Este último, considerado por amplios sectores como posible sucesor de Yasser Arafat, sigue preso, mientras el presidente Mahmud Abbas apoya el plan de paz promovido por Washington.

En paralelo, la situación humanitaria en Gaza sigue siendo dramática. La ONU estima que el 90% de las viviendas sufrieron daños y que millas de desplazados dependen de la ayuda internacional. En los campamentos improvisados crece el temor a un eventual reinicio de los combates si el acuerdo fracasa.