13 guerreros

Poner un número en el título es un truco, es cierto. Pero también una invitación a descubrir qué esconde la cifra. 13 Guerreros, por ejemplo, que fue un fracaso de taquilla, es una de esas películas que merecen lo mejor. Un poeta árabe, por azar, termina en la Escadinavia medieval y salvaje, donde algo de apariencia sobrenatural ataca una aldea. El filme, lleno de suspenso y aventuras con la marca de John McTiernan (Duro de matar), en realidad cuenta otra cosa mucho más interesante: cómo nace un mito, cómo, a partir de algo "con explicación racional" aparece lo fantástico y se ejerce la imaginación. Una película notable de cuando los bárbaros no estaban de moda.

La hora 25

Un hombre que debe cumplir una condena en la cárcel pasa su último día en libertad recorriendo Nueva York con sus amigos, y resolviendo cuestiones pendientes. Una de las mejores películas de Spike Lee, con un tono elegíaco que se aparta del nervio (a veces demasiado) de sus dramas más conocidos. El filme, realizado con el dolor aún vivo del 11-S, es sobre todo un canto de amor a una ciudad, a su gente, a sus costumbres, a lo cotidiano. Y es quizás la mejor actuación de Edward Norton para la pantalla grande, con un elenco que está definitivamente a la altura de la historia.

127 horas

Muchos redujeron esta película a su clímax, que implica un hombre cortándose su propio brazo. No es spoiler, porque está basada en una historia real y todos sabíamos qué iba a suceder. Pero Danny Boyle utiliza el cuento de un tipo atrapado entre dos rocas para narrar mucho más: la libertad del cuerpo en lo salvaje -en tiempos de control absoluto-, la idea del goce físico, la adrenalina de la supervivencia. Notable: aunque el número del título habla del tiempo que el protagonista queda prisionero, todo es dinámico, incluso feliz.

500 días con ella

Hay cierta languidez en las películas románticas protagonizadas por -digamos, aunque no es exacto- millennials. Pero aquí, no sólo gracias a la bella interpretación de Zooey Deschanel y Joseph Gordon-Levitt y la dirección de Marc Webb, la cosa no pasa sólo por la historia de dos que no terminan juntos (el título lo dice) sino cómo el tiempo de los recuerdos teje una historia de amor a partir de sensaciones e impresiones. Una demostración de juego con la narración cinematográfica y un retrato casi mental y musical.