Un regreso aggiornado al universo donde imperan la web y la inteligencia artificial
Crítica: Chucky: El Muñeco Diabólico
En la segunda mitad de los años 80, la idea de un muñeco que se moviera solo y hablara era un poco fantasiosa. Hoy existen juguetes así. También existe Internet; también, la Internet de las cosas. En ese contexto, Chucky, ese pequeño monstruo plástico que pasa de divertimento infantil a máquina asesina no puede seguir exactamente igual. Los realizadores de esta remake de aquel clásico menor de Tom Holland lo han comprendido e inscriben al personaje en este mundo dominado por la inteligencia artificial. El resultado es logrado a medias: la crítica es bastante evidente ("oh, cómo le dejamos nuestras decisiones al frío chip") y los escalofríos funcionan muy bien porque tenemos la tecnología (paradoja de paradojas) que permite asustar con la precisión de una cuchilla de chef (sí, bueno, es el chiste a mano). En cierto sentido, no desmerece al original.
Título original: Child’s Play, EE.UU., 2019. Duración: 90’. Dirección: Lars Klevberg. Intérpretes: Aubrey Plaza, Gabriel Bateman, Brian Tyree Henry, Mark Hammil. Calificación: Apta para mayores de 13 años