Un retrato robado por los nazis apareció en Mar del Plata

El “Retrato de una dama” de Giuseppe Ghislandi, saqueado en 1940 al galerista judío Jacques Goudstikker, fue descubierto en una casa de Parque Luro gracias a una foto de inmobiliaria

BAE Negocios

El secreto se escondía en una foto cualquiera: una imagen de living publicada en un aviso de venta por una inmobiliaria marplatense. Allí, sobre un sillón, se veía un cuadro que el mundo del arte buscaba hacía más de 80 años: el “Retrato de una dama”, obra del pintor italiano Giuseppe Ghislandi.

La pintura había pertenecido al comerciante judío Jacques Goudstikker, uno de los galeristas más prestigiosos de Ámsterdam. En mayo de 1940, al huir de los nazis, murió en un barco tras una caída fatal en la bodega. Semanas más tarde, su colección —más de 1.100 piezas, entre ellas Rembrandt y Vermeer— fue liquidada en una venta forzada -a precio vil- a jerarcas del Tercer Reich. El propio Hermann Göring, Reichsmarschall del régimen, se quedó con la mayor parte.

Entre quienes accedieron a esas obras estuvo Friedrich Kadgien, un funcionario nazi y miembro de la SS cercano a Göring. Tras la guerra, escapó a Suiza, pasó por Brasil y finalmente se instaló en Argentina, donde murió en 1978. Documentos históricos lo describen como un operador de las finanzas nazis que acumuló diamantes y pinturas bajo extorsión.

El hallazgo del cuadro fue fruto de la tenacidad y también de un golpe de azar. El diario neerlandés AD llevaba más de una década tras el rastro de Kadgien. En Buenos Aires, su corresponsal Peter Schouten viajó hasta la casa de una de las hijas del jerarca. Nadie atendió, aunque alguien se movía detrás de la puerta. Entonces vio un cartel: “Se vende”. Esa pista derivó en la inmobiliaria Robles Casas & Campos.

Al día siguiente, el periodista Cyril Rosman abrió el link del aviso y comenzó a revisar las fotos. En la número cinco lo vio con claridad: “Ese cuadro, sobre el sofá”, relató después. Era el “Retrato de una dama”, un óleo del siglo XVIII que los archivos de la Agencia del Patrimonio Cultural de Países Bajos marcaban como desaparecido desde 1946.

Los especialistas compararon las imágenes con sus registros y coincidieron en que todo encajaba. “No hay razón para pensar que sea una copia”, señalaron, aunque aclararon que solo el examen del reverso confirmará la autenticidad definitiva.

La noticia llegó de inmediato a Marei von Saher, nuera y heredera de Goudstikker, que en 2006 había logrado recuperar 202 piezas de la colección familiar tras un litigio contra el Estado holandés. “El objetivo de mi familia es recuperar cada pieza robada de la colección y restaurar su legado”, dijo emocionada, a sus 81 años.

La Justicia Federal en Argentina abrió un expediente por presunto encubrimiento de contrabando. El fiscal Carlos Martínez ordenó un allanamiento en la casa de Parque Luro. Pero cuando los agentes entraron, el cuadro ya no estaba allí.

El caso sumó además otra pista: en las redes sociales de las hijas de Kadgien circula desde 2012 la foto de un bodegón floral del pintor neerlandés Abraham Mignon, también desaparecido tras la guerra. Los expertos se muestran cautelosos, aunque admiten que la investigación apenas comienza.

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