Una niña escuchaba "monstruos" en su habitación: eran 50.000 abejas en la pared
Los padres pensaron que era dueña de una "imaginación hiperactiva", hasta que sospecharon de un panal que estaba cerca de la casa. Una cámara térmica para escanear las paredes permitió encontrar entre 50.000 y 65.000 abejas
Cuando Saylor Class, de tres años, empezó a quejarse de que había "monstruos" en su dormitorio, sus padres pensaron que se trataba de la imaginación hiperactiva de una niña y trataron de convencerla con una botella de agua a la que convirtieron en un "spray para espantar monstruos por la noche". El spray, claro, no funcionó. Y la insistencia de la niña les hizo prestar atención a un panal cercano a su casa, pero nunca imaginaron que el enjambre habitaba el muro de la habitación de su hija.
Hace ocho meses, Saylor Class dijo a sus padres que oía "monstruos" en su habitación. Desde entonces, la niña se había asustado cada vez más, señalando a menudo la pared de donde decía que procedían los sonidos.
"Insistía más y más a menudo en que había monstruos", afirmó Ashley Massis Class, madre de Saylor, en una entrevista telefónica con la BBC.
Sus padres pensaron que se trataba de la imaginación hiperactiva de una niña, por lo que no le dieron importancia. Al fin y al cabo, acababan de enseñarle a su hija la película de Pixar, Monsters, Inc.
"Incluso le dimos una botella de agua y le dijimos que era un spray para monstruos, para que pudiera espantar a los monstruos por la noche", explicó Massis Class.
Sin embargo, Saylor estaba tan "aterrorizada" que empezó a dormir en el dormitorio de sus padres, dijo Class. En los meses siguientes, Saylor insistió en que había "algo" en su armario.
Ashley Massis Class no le creyó a su hija de 3 años hasta que un apicultor encontró decenas de miles de abejas dentro de la pared, junto con un panal de 45 kilos.
"El monstruo" empezó a cobrar sentido cuando la Sra. Massis Class se dio cuenta de que había un enjambre de abejas cerca del ático y la chimenea de su casa centenaria. Pensaron que Saylor podría estar oyendo el zumbido cerca del techo de su dormitorio.
La mujer llamó a una empresa de control de plagas, que descubrió que los insectos alados eran abejas melíferas, una especie protegida en Estados Unidos. Tras el hallazgo, la pareja se puso en contacto con un apicultor, quien observó que los insectos se dirigían hacia las tablas del suelo del ático, justo encima del dormitorio de su hija.
El apicultor llevó una cámara térmica para escanear las paredes del dormitorio de la niña de tres años. Las abejas habían pasado ocho meses construyendo la colmena monstruosa. Nunca había visto una situada en una profundidad semejante. La localizó en un agujero del tamaño de una moneda en la esquina de un respiradero del ático.
El "cazador de monstruos" -como lo llamaba la pequeña-, abrió la pared y descubrió un gran panal. Extrajo entre 55.000 y 65.000 abejas y 45 kilos de colmena. Fueron necesarias tres extracciones mediante aspiración inversa de las abejas para colocarlas en cajas.
"Salieron a borbotones, como en una película de terror", explicó Massis Class.
Los insectos ahora están siendo reubicados en un santuario de abejas melíferas. Mientras tanto, la madre de la niña se lamenta por el daño en la infraestructura del hogar. Las abejas y su miel dañaron el cableado eléctrico de la casa y su seguro no cubre nada relacionado con las plagas porque lo consideran evitable.
Calcula que las abejas causaron daños con un valor superior a 20.000 dólares.