La comisión de Peticiones comenzó a debatir este martes la visita de los seis legisladores de La Libertad Avanza a los represores. Entre repudios y cuestionamientos de diferente índole, la oposición, en su mayoría, pidió que se discuta algún tipo de sanción para los libertarios, mientras que Lourdes Arrieta -que integró la comitiva que fue al Penal de Ezeiza- sostuvo que el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, debería brindar explicaciones.

"Quiero pedir perdón a quienes se han sentido molestos de ir a visitar. La verdad es que no sabía. Creí en mi compañero, creí en la institucionalidad de la Cámara de Diputados", afirmó Arrieta ante los integrantes de la comisión que preside Silvia Lospennato (PRO).

 "Si tienen que pedir algunas explicaciones, deberían comenzar con quienes lo organizaron, con quienes brindaron las herramientas para que esta visita se diera a cabo o aquellos que perseguían otros fines que no se comunicaron a nosotros, tanto el diputado Beltrán Benedit como también el presidente de la cámara, Martín Menem, también deberían dar explicaciones al respecto". Y remarcó: Nosotros no nos mandamos solos, no me voy a subir a una combi sin algún tipo de aval político", agregó la diputada libertaria.

Apenas explotó el escándalo, Arrieta, al igual que su colega Rocío Bonacci -que también fue al Penal de Ezeiza-, dijo que fue "engañada" por Benedit para ir a ver a los genocidas. En simultáneo, se apuró a presentar un proyecto de ley para que se conforme una comisión especial que analice lo que sucedió el 11 de julio último cuando ella y los otros cinco legisladores libertarios se subieron a la camioneta Renault Master Blanca, patente MBI546 para trasladarse a la cárcel.  

El jefe del bloque de La Libertad Avanza, Gabriel Bornoroni, que estaba sentado a unos metros de Arrieta, evitó reponderle a su compañera. Sólo se limitó a decir que "obviamente" están "a favor de la democracia y que con los delitos de lesa humanidad que están condenados tienen que estar condenados y seguir condenados y pagar su condena". Y concluyó: "Estamos en esta comisión para hablar sobre cuestiones que han hecho los diputados y pido que hablemos sobre que cuestiones que han hecho esos diputados y no sobre otros personajes de nuestra historia, que vamos a coincidir todos en que no estamos de acuerdo en todo lo que han hecho".  

En el Gobierno no quieren confrontar públicamente con Arrieta y Bonacci para encorsetar las críticas y frenar el revuelo interno que se generó, pero además temen que las diputadas decidan dar el portazo y que el bloque libertario pase a tener 36 integrantes, en lugar de los 38 actuales. Si eso sucediera, el oficialismo quedaría por debajo de la bancada de PRO, sus principales aliados. Sin embargo, a pesar del ahínco por reducir de daños, las legisladoras díscolas cada vez más analizan la posibilidad de irse.  

La diputada de Unión por la Patria Cecilia Moreau planteó en la comisión que la visita a Ezeiza es parte de "un plan de impunidad que se estaba construyendo más allá del accionar" de los seis diputados libertarios y destacó la importancia de que Arrieta y Bonacci hayan roto el silencio.

"Yo le creo a la diputada Arrieta y Bonacci. ¿Saben por qué les creo? Porque tuvieron los ovarios y coraje que no tuvieron muchos de ustedes. ¿Dónde está Benedit? ¿Dónde está Ferreyra? ¿Dónde están los funcionarios de la cámara que tienen que estar dando explicaciones", señaló Moreau, y continuó: "Es fácil subestimar a dos pibas y cagarse de risa porque tal vez hicieron alguna declaración que no está a la altura de las circunstancias por la trascendencia que tiene el tema, pero tuvieron la valentía que ustedes no tuvieron". 

“Me parece interesante que se puedan esclarecer y deslindar, e individualizar, las distintas motivaciones de los diputados, no me parece que todas sean las mismas responsabilidades”, apuntó la peronista Vanesa Siley, que también diferenció entre “alguien que lo planificó y una diputada que dice que fue engañada”.