Vuelta al cole: el desafío de comer rico y saludable

Tiempo de viandas y snacks para el recreo. Recomendaciones  para una buena nutrición. El aporte de la ley de etiquetado y el rol de las escuelas

BAE Negocios

Volvió la rutina escolar y las corridas para conseguir libros, guardapolvos y útiles escolares. La comida para el mediodía o las colaciones para los recreos son también motivo de inquietud para los padres que buscan que los chicos se alimenten de manera saludable, variada y rica. El ideal: propuestas creativas, sanas, económicas y prácticas. Una combinación no tan fácil de lograr. 

Los niños, niñas y adolescentes pasan entre cuatro y nueve horas diarias en la escuela, dependiendo del tipo de escolaridad y la carga horaria, por lo que es necesario que vayan acompañados de, al menos, una merienda o colación. 

"Una adecuada nutrición en la niñez es imprescindible para la salud en la adultez", aseguró Leticia Barcellini, nutricionista matriculada del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires. Y agrega:  "Además, se conoce que la falta de nutrientes específicos en etapas vulnerables de la vida temprana, pueden asociarse a un inadecuado desarrollo con alteraciones permanentes", advierte Barcellini

Por su parte, María Rosa Bertella, Licenciada en Nutrición, matriculada también del Colegio de la PBA, repasa algunas equivocaciones que se pueden cometer al elegir qué enviar en la mochila: "En general con las viandas no suele haber tantos errores, porque tiende a ser comida casera que le preparan a gusto. Sí, con la merienda. Se consume mucha golosina. Llevan caramelos y productos ricos en azúcar, mucho snack, para hidratarse llevan gaseosa o jugo. En muchas escuelas todavía existen kioskos que venden golosinas. Siempre depende de cada institución: hay algunas que lo regulan", dice. 

La especialista propone en cambio "volver a lo natural, lo que se compra en la frutería o en panadería". Para la merienda puede ser una fruta fresca, ensalada de frutas, mix de frutos secos, algún sandwich de pan integral con queso y tomate o pollo. Otra opción es bizcochuelo o torta elaborada con harina integral o frutas. "Volver a lo casero, evitar lo industrializado.  No creer que llevar todos los días a la escuela una golosina no va a tener impacto", destaca aunque también sugiere evitar fanatismos. 

Los padres no sólo tienen que pensar "qué" llevar, sino también en "cómo" mantenerlo apto para el consumo según las posibilidades que cada colegio ofrece, en especial, en cuanto a la refrigeración y su posterior calentado.

"Es importante que podamos ofrecer a los niños alimentos de alta calidad nutricional, es decir, que aporten hidratos de carbono, proteínas y grasas saludables, así como también vitaminas y minerales", indica a licenciada Itatí Contreras, docente de la Carrera de Nutrición de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.  Menciona un listado de los mejores alimentos: Granos enteros (Maíz, avena, trigo, quinoa, arroz, cebada, centeno, mijo, trigo sarraceno, cus cus, arroz integral o yamaní, salvado de avena y otros derivados), legumbres (lentejas, arvejas, porotos y sus variedades, garbanzos), frutas y verduras (es importante elegir según la estación del año por su mayor sabor y menor costo), frutos secos, semillas, leche, yogur y queso (a partir de los 2 años y por prevención cardiovascular es preferible ofrecer descremados), carnes (tratando de elegir cortes con bajo contenido graso), agua, soda o limonadas caseras.

Recomienda que una manera de pensar las distintas comidas podría ser agregar al menos una verdura. ("Cuántos más colores en el plato, ¡mejor!"), una porción de alimentos con hidratos de carbono (por ejemplo, una pasta, arroz, polenta. "Animate a ofrecerle alguna versión integral o lentejas"), una porción de alimentos que aporte proteínas (pollo, carne, cerdo, pescado, huevo y queso) y el postre, que puede ser una fruta o ensalada de frutas. Para tomar, los chicos más grandes pueden preparar sus propias limonadas con poca azúcar para llevar al cole. Por último, destaca la importancia de la correcta limpieza de la vianda al regreso del colegio. 

Buñuelos de verdura, hamburguesas de lentejas, fideos con brócoli y galletas caseras de avena son otras  ideas compartidas por distintos especialistas. 

Los octógonos

El público cuenta ahora con una herramienta adicional. Se trata de la Ley de Etiquetado Frontal y de Promoción de Alimentación Saludable reglamentada en marzo del año pasado. Los octógonos con advertencias acerca de los azúcares o grasas de los alimentos se ven cada vez más en la góndola. 

"Somos muy optimistas con esta ley, va a llevar un tiempo, es un proceso. Es importante hacer educación y difundirla. Nadie va a prohibir nada sino a advertir. Sin los sellos, el niño o la familia quizás come unas papitas y cree que no es tan malo. Se va haciendo una concientización en el consumidor. La idea es que la persona se empodere, que tenga información clara, que sea fácil de leer y que tenga la posibilidad de elegir. Es el exceso el que produce enfermedad", indica Bertella y señala que la escuela tiene un rol fundamental. "El etiquetado: es sólo una parte. La ley habla también de que en las escuelas haya educación alimentaria", destaca. 

Una jornada mundial

Este sábado 4 de marzo es el Día Mundial contra la obesidad. La fecha, establecida por la OMS, no solo busca informar sobre la prevención y el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso sino también sensibilizar a la población sobre las diversidades corporales y la discriminación y estigmatización.

"Usualmente, la indicación inicial que los médicos realizábamos sobre estos pacientes era enfatizando en 'coman menos y muévanse más'. Sin embargo, hoy conociendo la realidad de las personas que viven con esta patología endocrina e inflamatoria de bajo grado con alta mortalidad, sabemos que es una indicación estigmatizante y muy simplista de una enfermedad cuyo manejo es mucho más complejo", señala la Dra. Virginia Busnelli, Médica especialista en nutrición y directora del Centro de Endocrinología y Nutrición CRENYF.  Y comparte datos: el número de personas en todo el mundo que vivirán con obesidad en 2035 serán de 1.9 millones, 1 de cada 4 de nosotros. Se espera que la obesidad infantil aumente en un 100% entre 2020 y 2035.

"Las consultas de los chicos cambiaron en los últimos años. Ya se ven chicos no sólo con sobrepeso sino también con los problemas asociados como hipertensión, diabetes, hígado graso. Es importante trabajar en la prevención y desde la niñez. Si bien la obesidad es una enfermedad multicausal,  desde las escuelas es importante que se involucren en el cuidado de la salud de los niños", menciona Bertella.

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