Cuatro ganadoras (épicas) del Oscar para ver en Max
Ahora que se llama sólo Max (ex HBO Max), es hora de recordar que la plataforma tiene una enorme cantidad de películas que se ganaron el Oscar principal (recuerden, el próximo domingo es la ceremonia de este año), y revisemos con algunas de las más épicas y vistas de la Historia.
La película más vista de la Historia (indestronable, pero no hagamos cuentas aquí), se ha vendido siempre como un melodrama romántico. Lo es pero sólo en parte: también es una gran película histórica y política sobre las consecuencias de la Guerra de Secesión en los Estados Unidos. Fastuosa, rodada con menos dinero de lo que parece y memorable por buenas y malas razones, merece verse en estos tiempos de corrección política para descubrir las contradicciones del país que lideró la modernidad.
Ben-HurEn plena turbulencia anticomunista, Hollywood se volcó a los grandes espectáculos bíblicos. Ben-Hur, con Titanic y la película que sigue en esta lista, es de las más ganadoras de la historia (12 premios). La historia de un príncipe judío despojado de todo, aliado a los romanos en busca de venganza, y que presencia en un acto de redención final la Pasión de Cristo es, además, un enorme espectáculo de puras aventuras hecho para las pantallas más grandes posibles. La carrera de cuádrigas, todavía y a pesar de los efectos especiales, es puro suspenso, vértigo y peligro. Y sí, Heston era un poco de madera, qué le vamos a hacer.
Hasta la fecha, la única película de fantasía en consagrarse en los Oscar. Extaordinaria adaptación de la "infilmable" novela de J.R.R. Tolkien a cargo de Peter Jackson, esta última entrega de la trilogía, con veinte años ya, resulta de una perfección técnica notable. Y por momentos, logra transmitir un sentimiento épico genuino (la carga de los Rohirrim, por ejemplo, es ya un momento clásico del cine). La versión extendida es mucho mejor que la que se estrenó en cines y también está en Max (las de los otros episodios, también).
Los ImperdonablesEl primer Oscar para Clint Eastwood como director fue para este western mal llamado "revisionista" (casi todos los clásicos del género en el período sonoro critican sus lugares comunes y sus simplificaiones), riguroso en todo sentido, con una combinación de hiperrealismo violento y lirismo poco comunes en cualquier cinematografía. El último trabajo de un matón retirado que ha dejado la mala vida para ser hombre de familia y se fuerza a la aventura por dinero y justicia es además un soberano duelo actoral.