Cuatro películas que definieron los 80 en Netflix
Probablemente la última década en marcar el cine a fuego: los ochenta son un reservorio sin pausa de clásicos y de obras maestras. Aquí, cuatro disponibles en Netflix que definen toda una época. Videos.
Quizás muchos lo hayan olvidado, pero Scarface, obra maestra de Brian DePalma, es la remake de un clásico (también obra maestra) de Howard Hawks. En aquella, era un inmigrante italiano, paranoico y cuasi-enamorado de su hermana. Aquí el personaje de Al Pacino es un cubano escapado del puerto de Mariel a principios de los 80. El filme es operístico, desaforado y sangriento: la historia de un hombre con ética y moral (aun siendo un delincuente) en medio de un universo de poderosos que han detonado todo límite. Melodrama criminal y político, su final, épico y gigante, está entre los más tremendos de toda la historia del cine.
Volver al futuroLo hemos dicho muchas veces, pero no está de más: Volver al futuro es la obra quintaescencial de los 80. No solo porque la produjo la mente con más influencias estéticas de esos años -Steven Spielberg- sino porque utiliza la mezcla de géneros (comedia, musical, ciencia ficción, romance, aventura física) para narrar de manera irónica las contradicciones de la era Reagan. Las dos secuelas, por cierto, son también muy buenas (las tres están en Netflix) pero son cine de los 90. Y Volver... incluye una secuencia "incestuosa" que hoy sería imposible de filmar.
Una década después de Rocky, John Avildsen volvió a contar un cuento de superación a través del deporte con Karate Kid, que además era una película romántica y, sobre todo, una historia de amistad entre un maestro y su discípulo. Como la gran mayoría del cine ochentoso, transcurre en un pueblito chico que se asoma a tiempos nuevos (Volver al Futuro, Gremlins, La chica de rosa y casi todo el cine de esos años es igual en ese sentido) y su uso de la música es pura emoción.
Top GunEl filme que lanzó a la fama definitiva a Tom Cruise y a su realizador Tony Scott -a la larga, el mejor de los hermanos, dicho sea de paso- era una especie de manifiesto anticomunsta de la pura era Reagan, con esa academia de pilotos de combate dispuestos a enfrentarse a los soviéticos. Pero lo que hizo que la película trascendiera el tiempo fue otra cosa: la estética de clip, la juventud un poco prepotente de los personaje y una mirada de la guerra similar a la de un videogame. Ideal para volver a ver como ironía.