La pantalla en casa con dos películas
El rostro que mereces
(Portugal, 2004; dirigida por Miguel Gómes; Mubi)
Es probable que el lector recuerde al portugués Miguel Gómes por dos grandes películas: Aquel querido mes de agosto y Tabú, ambas amables, aventureras, románticas y de estructura doble (una cosa hasta la mitad, otra que la refleja en la segunda parte). Su opera prima, nunca estrenada aquí, cuenta la historia de un hombre que siente celos porque a su novia, maestra, la persigue un alumno de diez años. Pero quizás él sea un niño de diez años y pasa solo su convalescencia por sarampión en una casa donde aparecen otras seis de sus personalidades (siete enanos, hay referencia constante a Blancanieves). Con humor y ternura, Gómes narra como cuento de hadas ese momento en que pasamos de una edad a otra: de la infancia a la adolescencia, de la juventud a la adultez. Una belleza total.
Crímenes de familia
(Argentina, 2020; dirigida por Sebastián Schindel; Netflix)
Crímenes de familia es la historia de una mujer cuyo hijo va a la cárcel por violencia contra su pareja. También va a la cárcel la empleada doméstica de la protagonista, por matar a su hijo recién nacido. Se trata de dos filmes: uno, un clásico relato "de juicio", donde la verdad de un hecho se descubre poco a poco. Otra, sobre el despertar a ciertas perversidades del mundo de una mujer con privilegios de clase. Pero la película abusa del estereotipo del rico y del pobre, y explica sin confiar en el espectador cada detalle, hasta el trazo grueso. Cecilia Roth le otorga al conjunto la humanidad que equilibra una película más cercana a un telefilme de los ochenta.