Recomendaciones

Comedias en Star+ para atravesar tiempos complicados

Bueno, sí, estamos tensos, asustados, enojados, preocupados y todo lo demás. Pero como decía Selecciones, la risa es remedio infalible. Para poder surfear esta montaña rusa argentina, recomendamos de las mejores comedias de Star+. Y ríase la gente.

ldesposito

La comedia no está de moda. Estamos todos tan estresados, deprimidos, enojados y asustados por ya-saben-qué que resulta difícil pedirle a alguien que se ría. Pero es necesario, amigos: la comedia, la risa asociada a ella, generan endorfinas y provee la necesaria perspectiva como para generar incluso alguna esperanza. La comedia es respirar, la comedia es lo que más nos diferencia a los seres humanos del resto de los seres vivos porque se basa siempre en la reflexión sobre la realidad. Una reflexión tan importante y pesada que nos lleva a reír -es decir, tomar con más ligereza- hasta lo más trágico, a ver el absurdo que nos rodea. En Star+ hay varias películas que, en estos tiempos de zozobra, resultan terapéuticas.

Pelotas en juego, por ejemplo. No estrenada en la Argentina comercialmente, se basa (muy, pero muy lejanamente) en una historia real: la de un equipo de jugadores de "Quemado" (sí, el quemado que jugaban en el patio del colegio) muy malo que se enfrenta a otro superpoderoso. El primero está capitaneado por un Vince Vaughn fenomenal; el segundo, por un Ben Stiller interpretando al insufrible dueño de una cadena de gimnasios. Para que todo funcione, el filme se encarga de tomar todos y cada uno de los lugaress comunes del sub género "perdedores se vuelven ganadores" y crear secuencias cómicas increíbles. De paso, los partidos de quemado son extraordinarios. Muy cómica, muy irónica y muy empatica con el espectador.

Abajo el amor es la parodia amable de las grandes comedias romántico-eróticas (pero casi sin erotismo) que hicieron Doris Day y Rock Hudson, aquí sustituidos por los trabajos brillantes de Renée Zellweger y Ewan McGregor. Lo que hacen estos dos con los lugares comunes es extraordinario, y lo que logra el director Peyton Reed (de los pocos autores que quedan en el Hollywood "grande", aunque su última Ant-Man se queda a mitad de camino) es monumental. Homenaje y parodia al mismo tiempo: recordamos lo bueno que tenían aquellas películas y vemos también cuáles eran sus errores. McGregor y Zellweger crean caricaturas pero con las que podemos encariñarnos. Y todo funciona como un reloj, con un diseño de imagen y color digno del gran Hollywood de antes. Ya es un clásico.

Otra que pasó sin pena ni gloria es Chicas armadas y peligrosas, donde Sandra Bullock y Melissa McCarthy toman el género "pareja despareja de policías" (aquí la chica sabelotodo y estudiosa junto a la desprolija y poco escrupulosa) y lo transforman en un perfecto filme feminista donde uno se ríe casi todo el tiempo, nunca de ellas y siempre con ellas. Además de subvertir cada lugar común de las (malas) películas policiales y no ahorrarse palos contra la corrupción, la discriminación, etcétera, este filme de Paul Feig (uno de los mejores descriptores de lo femenino en el cine de hoy) es un auténtico policial de acción y una auténtica película cómica. De paso, sabemos que McCarthy es una gran actriz cómica, pero Bullock también (¿acaso no fue la genial Miss Simpatía?). De esos encuentros actorales que brillan.

Es muy probable que Irene, yo y mi otro yo sea la película definitiva de los hermanos Farrelly y, con toda probabilidad, la mejor actuación de Jim Carrey, aquí un policía buenísimo que ha reprimido demasiado tiempo las reacciones contra lo malo que le sucede y un día estalla, generando una segunda personalidad violenta, lasciva, tremebunda pero -en cierto sentido- justa. El filme, que también tiene un gigantesco trabajo de Renée Zellweger, es un verdadero retrato social y psicológico sobre lo que sucede cuando uno -una sociedad también- calla demasiado tiempo lo que sabe que es mentira. Aparece el monstruo a los gritos y violento. Pero los Farrelly quieren (mucho, muchísimo) a sus personajes y logran que esa mirada apocalíptica se transforme en otra un poco más optimista. Los detalles del filme lo vuelven una joya del absurdo.

Enredos de oficina fue la primera película "con actores" de Mike Judge, el creador de Beavis y Butt-Head. Es un verdadero clásico de la comedia independiente y narra las vicisitudes de un grupo de empleados en una oficina mediocre de una empresa más mediocre aún. La cantidad de gags visuales y orales de la película es increíble; hay momentos extraordinarios de liberación absoluta (la destrucción de la impresora) y otros donde la incomodidad ponen al espectador en off-side (la charla de la camarera Jennifer Aniston con su jefe sobre la cantidad de "pines de expresión" que debe poner en su uniforme). Antes de The Office, la película destroza la corrección política, la violencia corporativa, la estupidez comercial y la mediocridad humana con el bisturí de la risa.

Y para cerrar esta selección absolutamente imprescindible en estos tiempos, vean esa joya -hoy ya se la considera así, a los que nos gustaba cuando se estrenó nos trataban de locos- de Mi Primo Vinny. Dos pibes son acusados en un racista pueblo del sur de los EE.UU. de asesinato y se enfrentan a la silla eléctrica. El único abogado es un primo de más de cuarenta, recién recibido de abogado, sin licencia y con una novia que parece tonta. El abogado es un gigantesco Joe Pesci. La novia es -todos de pie- la bella, monumental, perfecta Marisa Tomei que, contra todo pronóstico, se ganó el Oscar por ser esta chica que sabe mucho de autos y logra resolver el caso. Las contradicciones de una sociedad transformadas en chistes a repetición. La falta que hacen filmes así...

Esta nota habla de: