Ya era hora que Cristóbal Balenciaga, quizás el diseñador de moda español más importante de la historia, tuviera su biopic. Paradójicamente reacio a codearse con la alta sociedad que amaba sus creaciones, detestaba la frivolidad inherente a ese ámbito en que su enorme talento le forjó una carrera inigualable.

Balenciaga cultivó un halo de misterio sobre su figura, ya que a diferencia de otros referentes de la época, que adoraban los flashes y los cócteles con sus adineradas clientas, él prefería observar desde bambalinas cómo el público reaccionaba a sus vestidos.

Alberto San Juan en la piel del enorme diseñador.

Por supuesto, tampoco quería saber nada con la prensa. Era prácticamente imposible obtener una imagen o declaración suya. Ese es el punto de partida de la serie sobre la vida del “maestro” diseñador que Star+ estrena el 19 de enero: una periodista logra, luego de 3 años de insistencia, una entrevista con Balenciaga para repasar su vida y obra.

Alberto San Juan interpreta al artista tanto en sus últimos años, en que repasa junto a la reportera su interesante biografía, como en su momento de esplendor entre los años 40 y fines de los 60.

Balenciaga había nacido en Guetaria, un pueblo pesquero de la costa vasca. Su padre murió cuando tenía 11 años y así, junto a sus cuatro hermanos, quedó a cargo de su madre, que se dedicaba a coser para sacar adelante a la familia.

El adolescente Cristóbal aprendió rápidamente los secretos de la costura y, siendo adolescente, conoció a la marquesa de Casa Torres, abuela de la Reina Fabiola de Bélgica, quien se convertiría en su mecenas y le abrió las puertas de los establecimientos más prestigiosos de San Sebastián, donde se formó.

Al tiempo abrió su propio taller y pronto se convirtió en un nombre destacado de la confección y el diseño en su país. Fue en 1937, con el estallido de la guerra civil española, que se instalaría en la vibrante París y allí comenzaría el tramo más relevante de su historia.

“Un modisto debe ser arquitecto para los planos, escultor para formas, pintor para el color, músico para la armonía y filósofo en el sentido de la medida” solía decir Balenciaga, y los testimonios de sus contemporáneos avalan sus premisas.

En la serie, de 6 episodios, se ve la entrañable relación de admiración mutua que el diseñador cultivó con Coco Chanel (Anouk Grinberg) ya por entonces leyenda de la moda francesa. La icónica empresaria decía sobre él: “De nosotros, Cristóbal es el único costurero verdadero. Los demás somos solo diseñadores”. Fue ella quien le dio un gran apoyo cuando el español intentaba abrirse camino en el cerrado círculo de la meca de la moda.

Anouk Grinberg es la legendaria Coco Chanel.

Su estilo hispánico, adorado entre la aristocracia de su país, no parecía “prender” en su nuevo hogar. Frustrado y enojado, Balenciaga debió luchar muchas veces con su orgullo y ego para no decepcionar al empresario donostiarra Nicolás Bizkarrondo (Josean Bengoetxea), que apostó mucho dinero en su empresa parisina y sería fundamental en su despegue hacia un estilo propio y una marca registrada en el mundo de la moda.

Enamorado de Wladzio D´Attainville (Thomas Coumans), su socio creativo, la ocupación nazi en suelo francés a principios de la segunda guerra mundial lo golpearía económica y moralmente.

Acostumbrado a vivir su amor prohibido a escondidas, también supo adaptarse al momento histórico y se las ingenió para seguir trabajando durante esos tiempos violentos.

Wladzio D´Attainville fue su gran amor.

“Cristóbal Balenciaga” retrata el recorrido de un artista inigualable que desafió las convenciones sociales de su época y revolucionó el diseño de alta costura.

Además de Chanel, Cristian Dior -que se convertiría en su rival y admirador- Givenchy, entre muchos otros, siempre manifestaron su fascinación por la perfección de la técnica de Balenciaga quien, guiado por su obsesión por el control en todos los aspectos de su vida, terminaría convirtiéndose en uno de los diseñadores más importantes de todos los tiempos.