Belle

Belle es una película que, utilizando el cuento de La Bella y la Bestia, traza una historia que une la obsesión por la virtualidad con los dramas de lo real. Es un filme que muestra la creatividad enorme de los dibujantes japoneses para mezclar diseños y géneros: tanto es un drama social como un musical y una película de ciencia ficción que carece de cualquier tipo de prejuicios. Por momentos, aparece una fuerza épica que combina con la emoción que se refleja entre el plano "real" y el plano "virtual". Muy aplaudida en Cannes en 2021, tuvo su estreno comercial en nuestro país por muy poco tiempo. Ideal para recuperarla.

El cuento de la princesa Kaguya

Este filme de Isao Takahata y los estudios Ghibli es absolutamente recomendable por dos razones. La primera, es bellísimo y recupera el trazo manual del dibujo, acercándolo con muy buen gusto al milenario arte de la caligrafía japonesa. La segunda, narra un cuento tradicional japonés que pone en relación al hombre con la Naturaleza -cuyo equilibrio es la base de la religión nipona por antonomasia, el shinto. También es una historia sobre la felicidad y la pérdida, sobre el paso del tiempo y sobre la fugacidad de la belleza (o su eternidad, ambas cosas valen).

El fin de Evangelion

Olvidemos que esto es el epílogo de una de las series más icónicas de la historia. Olviden todo porque el grado de creatividad de El fin... rompe cualquier tipo de idea respecto de lo que es la narración cinematográfica. Sí, hay robots gigantes en lucha contra unos "ángeles" robots que no son más que una evolución tecnológica del hombre. Pero la imaginería religioso/cristiana es lo de menos: en los momentos cumbre, es como si David Lynch se hubiera hecho cargo de Astroboy. Violenta, musical, inclasificable: surrealismo desaforado.

Mi vecino Totoro

Una de las obras maestras del cine (de todo el cine) y la cumbre del arte de Hayao Miyazaki es este cuento de dos hermanitas tristes porque su mamá está enferma y su papá trabaja mucho, que descubren a un ser fantástico, un gigantesco "oso" amable, juguetón y milagroso que les permite superar cualquier angustia en los momentos clave de la historia. Inspirada en Alicia en el País de las Maravillas (mucho hay del Conejo Blanco y del gato de Cheshire), es también un retrato del Japón, sus tradiciones y su personalidad.