Cuatro documentales sobre Disney... en Disney+
Desde el principio, Disney ha documentado la manera como realizó sus producciones. La plataforma on demand de la empresa incluye varias de estas películas, que resultan tan asombrosas como los filmes de ficción, si no más.
El Dragón Chiflado no es una película de animación realmente aunque tienen varios fragmentos animados. Es un documental sobre cómo funcionaban los estudios Disney en los años de la posguerra, con la excusa del humorista Robert Benchley tratando de venderle un cuento a Walt. Las imágenes documentales (vean por ejemplo cómo fabricaban los colores para las películas) no solo explican ese gran y despreciado arte del dibujo animado, sino que además son asombrosas. En lugar de que se pierda la magia, se multiplica al saber cómo se hizo todo.
Frank & OllieEntre los grandes dibujantes del siglo XX se encuentran Frank Thomas y Ollie Johnston. Los dos pertenecían a los "Nine Wise Men", los nueve animadores centrales de la Disney en su época de oro y además fueron verdaderos académicos, los tipos que definieron todas las reglas del dibujo animado y el estilo de la casa. En este documental no solo se cuenta la vida de ambos, sino que además se explican esas reglas, se muestran esos hallazgos y además se explicita el legado a la cultura popular universal que dejaron los dos. Extraordinario.
Después de la muerte de Walt Disney en 1966 y hasta La Sirenita, en 1989, la firma la pasó bastante mal. El dibujo animado había perdido el favor del público, que se volcaba a fantasías como Star Wars (paradoja: hoy comprada por Disney), las pocas películas animadas que produjo eran mal recibidas por la crítica y había una camada de nuevos artistas esperando cambiar las cosas. Despertando... es la historia de ese renacimiento que llevó a que El Rey León y a un cambio profundo en la exhibición y en el público. Momento crucial en el cine popular.
HowardEntre los artistas del último medio siglo, pocos son tan importantes (y no demasiado conocidos) como Howard Ashman. Ashman, amante del musical y del humor irónico, creó la obra original La tiendita del horror, tuvo un par de fracasos y fue a Disney donde reinventó todo con La Sirenita, Aladdin y, sobre todo, La Bella y la Bestia. Todo mientras vivía condenado por el HIV, en tiempos donde eso debía guardarse en secreto y era la muerte segura. El filme es no solo documento de su obra (genial), sino también de una época de cambios culturales.