Cuatro ficciones sobre la realidad para ver en Star+
A veces los hechos y las personas reales inspiran grandes películas que, de todos modos, no carecen de fantasía. Aquí van cuatro grandes ejemplos de cómo transformar gente que existió en criaturas de cine, todas en la grilla de Star+.
Una de las mejores películas de Tim Burton toma como base la historia de Edward D. Wood Jr., a quien se le adjudica el título de "peor director de cine de la Historia". Pero esa exageración no funciona aquí: la película, de una enorme ternura y creatividad, se concentra en la relación de Ed Wood (un gran Johnny Depp) con un moribundo Bela Lugosi (un sublime Martin Landau) al mismo tiempo que se juega por el arte de maravillar con el cine, incluso si no se sabe cómo. Freaks maravillosos.
AnastasiaMelodrama tremendo con varias versiones que supuso además el regreso de Ingrid Bergman a Hollywood tras el escándalo por su affaire con Roberto Rossellini. Y funcionó: cuenta la historia de una mujer amnésica a la que proponen como Anastasia, la hija sobreviviente del zar Alejandro II tras el asesinato de la familia real en 1917. Pero también es la historia de alguien que quizás no sea una impostora. Y esa ambigüedad, perfectamente representada por la actriz, le otorga a este filme de época "a reglamento" una profundidad notable. Además está Yul Brynner, un genio casi olvidado.
Esta película es tan tradicional, tan del Hollywood clásico, que resultó novedosa en este siglo. Narra la historia real de un boxeador (muy empático aquí Russell Crowe) que, en medio de la miseria de la Gran Depresión, logra una oportunidad para ganar un título mundial. Es efectivamente un cuento de hadas (y de hecho, el título proviene del apodo que le dieron en la vida real: "Hombre Cenicienta") y tiene un trabajo descomunal de Paul Giamatti -su primera nominacón al Oscar- como el manager. Si no llora al final, consulte a su médico.
Rapsodia BohemiaSemos claros: la película que le dio el Oscar a Rami Malek por llevar una prótesis dental para imitar a Freddie Mercury no es buena. Pero tiene la música de Queen y una reproducción del gran concierto de Wembley, que ya hace que todo valga la pena. También algunos buenos chistes, y escenas que dejan algo de vergüenza ajena. Sin embargo, el espectador no puede dejar de tararear el repertorio de la banda. Sí, puede parecer esas biografías de cantantes argentinos de los setenta, pero vaya uno a saber por qué, funciona.