Cuatro genialidades cómicas de Will Ferrell en Max
Uno de los grandes cómicos dedicados a la sátira en el cine de Hollywood es Will Ferrell y en Max hay una gran selección de los filmes que protagonizó. Además de risa sarcástica, hay acción, suspenso, fantasía y no poca política.
Will Ferrell es un gran actor y un gran cómico. Mark Wahlberg, también y juntos han hecho varias comedias. La mejor es esta de Adam MacKay que se ríe del "buddy-buddy" y todo el cine de acción policial. Aquí son un tipo nervioso (Wahlberg) y uno por lo menos extraño (Ferrell) que tratan de suplantar a dos súper policías alla Hollywood (Dwayne Johnson y Samuel Jackson). No hay lugar común no destrozado en este filme donde ambos hacen comedia como Argerich y Barenboim tocando el piano a dúo. Sí, a ese punto.
Exquisitez cómica de Jon Favreau en la que Ferrell hace de niño encontrado por Santa Claus y criado como elfo, y que decide conocer a su verdadero padre cuando ya no es tan "chiquito". Que resulta ser un empresario riquísimo (James Caan, extraordinario). Hay muchísimo humor y momentos antológicos (lo de Peter Dinklage es fenomenal, dicho sea de paso) y al mismo tiempo no deja de ser un relato tradicional de Navidad. Favreau puede ser un gran director (Iron-Man, El libro de la selva, El Chef) y acá tocó una cima gracias a la habilidad de Ferrell para la risa.
The HouseInteresantísimo que Ferrell puede ser un gran cómico "solo" pero funciona mucho mejor en dúo. Aquí su pareja es Amy Poehler: ambos son dos padres que pierden la plata ahorrada para mandar a su hija a la Universidad y transforman, para recuperarlal, su casa en un casino. Lo que en principio arranca como comedia de costumbres con vuelta absurda se va volviendo más y más surrealista, con ambos cómicos en un trabajo casi virtuoso. Lo de Ferrell afinando su personaje del tipo que puede llegar a ser vil sólo porque ignora todo lo que lo rodea, es para aplaudir.
Y dado que hay elecciones en los EE.UU. (hoy, si lee esto en papel), va esta sátira de las campañas políticas: Ferrell es un ex idealista vuelto político vitalicio en un pueblito yankee al que sus benefactores, por una negativa de negocios, le plantan un rival: Zach Galifianakis, que interpreta a un tipo torpe e ingenuo. La pelea electoral entre los dos alcanza momentos de violencia y surrealismo notables, y ambos comediantes le sacan el jugo a cada situación apelando a toda herramienta posible. Sátira política impecable.