Cuatro pruebas de la genialidad de Adam Sandler en HBO Max
Basta de justificar a Sandler por Embriagado de Amor o Diamantes en bruto. Sin, él está perfecto en ambas pero es, sobre todo, un genio cómico. Aquí van varias pruebas de tal genialidad, para dejar de discutir lo disfrutable.
Es increíble que a Adam Sandler se lo discuta por lo que mejor sabe: comicidad directa. Ha creado un personaje (el tipo que reprime la bronca desde la infancia y vive en adolescencia perpetua hasta que madura) y trabaja por pura felicidad propia y de los demás. Prueba: La mejor de mis bodas, primer trabajo junto a una perfecta Drew Barrymore donde es un tipo que anima casamientos totalmente deprimido porque su novia lo abandona. Pero, en el medio, se enamora de una clienta a punto de casarse. No solo tiene una gran canción satírica ("Love Stinks") sino que combina la ironía y el barrio con una gran ternura. Perfecta.
Un papá genialUna de las componentes del personaje de Sandler es, siempre, una gran inteligencia que queda sepultada por la tristeza. En esta película donde tiene que hacerse cargo del hijo accidental de un amigo, no solo evita todo golpe bajo ni todo edulcoramiento obligatorio, sino que además logra incluir un poco de crítica que hoy sería políticamente incorrecta sin que por eso pierda emoción la relación entre él y el niño. Ese equilibrio constante entre la farsa desatada y el realismo, sin que el filme pierda coherencia, es una de sus mejores características.
Cuando uno es capaz de divertir a un elenco que incluye a Patricia Arquette, Harvey Keitel, Rhys Ifans y Quentin Tarantino, hacer una película absolutamente absurda (Sandler es el hijo menos "brillante" y más bueno de Satán, digamos) y en menos de una hora y media resolver límpidamente cinco o seis líneas de la trama sin que un solo personaje quede del todo humillado, algo hay. El hijo del diablo es una película totalmente subvalorada que solo por una de las maldades de Nicky (transformar Coca Cola en Pepsi, nada menos), ya vale la pena. Dejarse llevar.
Luna de miel en familiaTercera (la segunda es Como si fuera la primera vez, gigantesca comedia romántica) colaboración Sandler-Barrymore, aquí en un nivel de edad muy superior al de La mejor de mis bodas. Casi se podría decir que son aquellos personajes después de las cosas de la madurez. Aquí son dos padres divorciados que, por azar o casi, terminan en un viaje a África con sus respectivos hijos como si fueran una pareja. El truco aquí es hacer romance sin forzarlo en medio del caos que implica la vida familiar y el cuidado de niños no necesariamente "tiernos".