Altos costos

Disney tiene dudas sobre el futuro cinematográfico del universo Star Wars

La firma es reacia a desarrollar más películas de la serie

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Este fin de semana ese estrena en las principales plazas cinematográficas del mundo -incluyendo la Argentina, chica en cantidad de espectadores pero muy influyente en cuanto a difusión- de la última película de Star Wars, el Episodio IX, dirigido por J. J. Abrams. En realidad la palabra "última" es algo compleja: es la más reciente, y es la que cierra la historia desarrollada desde 2015 primero por el propio Abrams y luego, con muchísima polémica, por Rian Johnson (quien tuvo que dejar el cargo de director de este noveno filme). Es decir, podría haber otras películas de la serie. Y también es muy posible que no haya más. Así se desprende de las palabras del CEO de Disney, Bob Iger, en una entrevista con la publicación Variety. En diversas entrevistas, la presidente de Lucasfilms -la empresa que desarrolla la saga y que es parte del imperio Disney-, Kathleen Kennedy, dijo que seguirán trabajando en esquemas de "trilogías" para el futuro. Sin embargo, Iger, consultado sobre lo que pasará con la familia Skywalker en la galaxia muy muy lejana, dijo "no lo sé, hablamos de que quizás haremos una película y, si va bien, una secuela, pero trabajar sobre trilogías es demasiado pesado".

El lector creerá que esto es solo para los fans, pero no: el aparente -o no tanto- desacuerdo muestra cuál es el estado real de la producción de Hollywood. El modelo para el cine se basa en la creación de "tanques" masivos sobre los que se sostiene todo el negocio de una major, de allí que se los denomine en la jerga "tentpoles", que es literalmente el parante que sostiene la carpa de un circo. El problema es que estas películas son cada vez más caras y su lanzamiento duplica el costo de producción. No solo eso: si fallan, representan una pérdida que hace tambalear todo el resto del negocio, y no solo para la productora. Star Wars ha tenido dos fracasos recientes. El Episodio VIII, si bien recaudó lo suficiente como para justificar el gasto, fue repudiado por público y crítica de modo poco frecuente. Y luego, los problemas de producción -prácticamente se filmó dos veces- de Han Solo: una historia de Star Wars, que narraba el origen del personaje, fue un fracaso comercial (aunque no de crítica). La franquicia, por otro lado, es mucho más "local" que internacional: funciona mejor en su país de origen que fuera. Ejemplo: en la Argentina, Episodio VII -una de las películas más recaudadoras de la historia- hizo solo 1,5 millones de espectadores, mientras que cualquier filme de Pixar de 2016 a la fecha hizo en la misma plaza por lo menos dos millones. Mientras que en los EE.UU. tiene el récord local histórico (por encima de Avengers: Endgame).

Por lo tanto, el futuro de la saga depende sobre todo de Episodio IX, que está rodeada de rumores de producción complicada, reescrituras de última hora, "correcciones" a lo que hizo Rian Johnson, etcétera. Solo de funcionar muy bien es posible que la serie vuelva al cine. Mientras tanto, la serie sobre ese universo The Mandalorian, que solo se puede ver en Disney+ -es decir, casi solo en los EE.UU.-, se vuelve un fenómeno de culto. Es probable que el futuro de este universo esté en el streaming. Y que el sistema de "tentpoles" entre en una crisis definitiva.

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