Fantasía más allá de los grandes nombres para ver en Disney+
El cine de fantasía no es sólo El Señor de los Anillos o Harry Potter, y tiene una larga tradición. Y hay películas un poco olvidadas, de ayer y de hoy, que le ponen sello de nobleza al género y son muy buenas. Aquí recomendamos un puñado, entre clásicos y recientes, disponibles en Disney+.
El cine de fantasía está -sigue estando- de moda, aunque devorado en muchas instancias por los efectos especiales y las estrellas que deciden hacerse unos mangos. Después están las que ustedes ya conocen (El señor de los anillos, Harry Potter, su ruta), que todo el universo vio y sigue viendo a la hora de encontrarse un lugar seguro frente a la pantalla. Y sin embargo hay muchas más, y algunas de ellas deberían ser descubiertas o redescubiertas. Así que armamos aquí una pequeña lista en Disney+/Star+.
LadyHawke la hemos recomendado mucho, pero nunca está de más recordarla por varios motivos. Primero, el elenco: una muy joven Michelle Pfeiffer, un casi niño Matthew Broderick y un perfecto Rutger Hauer que venía de hacer Blade Runner. El segundo, el director Richard Donner, que aún no es considerado por la cinefilia un "autor" pero tiene una filmografía de aventuras, acción y suspenso notable que muchas veces (Superman es el gran ejemplo) se cruzó con la fantasía. Y el tercero, el bello diseño de cuento romántico medieval en el que dos amantes se convierten en animales y casi no pueden encontrarse por un hechizo. Al mismo tiempo, una de esas películas vibrantes de los años ochenta (lleno de experimentación en los géneros cinematográficos) y una especie de comedia romántica disfrazada de cuento de hadas para adultos.
Más o menos por la misma época -podríamos definirla como la "prehistoria" de la fantasía "a lo Tolkien"- apareció Leyenda, cuarto largometraje de Ridley Scott y primero tras el mega fracaso comercial de Blade Runner. Quizás sea la película más rara del director y la más extraña de todas las que filmó Tom Cruise: en un mundo de cuento de hadas que se parece mucho a una cruza de iconografía Disney con propaganda de shampoo, hay un malvado ser con forma de diablo (gran trabajo de Tim Curry) que desea aniquilar a los unicornios y seducir a una virginal princesa (Mia Sara... qué habrá sido de ella). Aunque tiene momentos cuya dulzura causa diabetes, tiene otros absolutamente seductores y de una tensión poco común para este tipo de relatos. Sí, hay enanos y faunos y hadas y todo eso. Muy rara, casi lisérgica.
También "a lo Tolkien" fue Willow, dirigida por Ron Howard y con un casi debutante (venía de hacer sólo Súper Secreto) Val Kilmer. El mundo está lleno de peligros, hay que salvar a una niña y el encargado de hacerlo es un "mediano" (sí, bueno, algo así como un hobbit) llamado Willow. Hay una reina malvada, ejércitos monstruosos y mucha magia, y aunque los efectos especiales no estaban demasiado desarrollados en aquellos años 80 (de todos modos, se trataba de una producción de George Lucas que buscaba una serie sucedánea del éxito de Star Wars), sí llega a transmitir una sensación épica y de escala. Se convirtió con los años en un clásico menor, pero clásico al fin.
Pasemos rápidamente por una obra maestra casi oculta, Conan, el bárbaro, de John Milius y protagonizada por Arnold Schwarzenegger, de paso recordando al fallecido James Earl Jones, que interpretaba al villano Tulsa Doom. Cruda, violenta y sangrienta, realmente lograba transmitir ese mundo mágico y muy primitivo que crease Robert E. Howard sobre el cimerio, además de incluir ideas que el propio Milius ya había incluido como guionista en Apocalypse Now. De todas las mencionadas aquí, la que no es para ver con chicos por su carga de violencia y de sexo (poco, pero hay).
Eragon pasó inadvertida y, desgraciadamente, no tuvo más adaptaciones aunque está basada en una serie de libros de fantasía también "a lo Tolkien" que llegaron a ser best sellers. Es la historia de un jovencito que encuentra un huevo de dragón y se hace amigo de él (en realidad ella, voz de Rachel Weisz), lo vuela (es anterior a Cómo entrenar a tu dragón, aclaremos) y descubre que está destinado a salvar a su pueblo. El elenco está muy bien (Jeremy Irons, John Malkovich, Robert Carlyle) y está narrada con buen gusto y buen ritmo. Es raro lo que sucedió con ella porque, aunque no fue un súper mega ultra éxito, hizo dinero suficiente como para justificar terminar la serie. Ahí quedó, nomás, pero se puede ver tranquilamente porque es autoconclusiva.
Y hubo un tiempo en el que, tras el éxito de Harry Potter, se fue en busca de cualquier cosa que tuviera magia y adolescentes y así recayeron en la serie Percy Jackson, que además hace poco tiene su propia serie en Disney+. Interesante por varios motivos, Percy es un recorrido por los mitos griegos: resulta que en realidad Percy es Perseo y se entrena en una especie de academia de semidioses (hola, Hogwarts) y a vivir una serie de aventuras ligadas con rescatar al mundo y pelear con titanes. La primera película de esa serie (que sólo tuvo dos), Percy Jackson y el ladrón del rayo, es una muy buena combinación de coming-of-age, fantasía, aventuras y comedia. E incluso tiene algunos grandes momentos satítricos (los lotófagos que hacen perder la memoria en un lugar símil Las Vegas) que le otorgan un espíritu especial. La siguiente (y última), Percy Jackson y el mar de los monstruos sigue la misma línea pero es un poco más "seria". No se lo digan a nadie, pero son mejores que las primeras Harry Potter (y más breves, dicho sea de paso).