Igual que en el comienzo de Lost, el primer vistazo que tenemos de los personajes de Hijack es en un aeropuerto. Una mujer acomoda una valija en el compartimento superior y un hombre de camisa hawaiana la ayuda, un sacerdote intenta tranquilizar a una señora que tiene miedo a volar, una familia entretiene a los niños con videojuegos, un hombre llega a último momento al embarque y casi no puede volar: pantallazos de personalidades y roles que se irán desplegando. Los pasajeros y la tripulación comparten un destino común a bordo de este avión que, como el título lo indica, será secuestrado. 

Sin tener una premisa del todo original, esta producción que acaba de estrenar Apple TV+ cuenta varios atractivos que la sostienen en el espacio aéreo de la oferta de streaming. Por un lado, marca el regreso de las series en tiempo real que tienen como gran referente a "24", la exitosa y extensa tira protagonizada por Kiefer Sutherland. Acá, cada capítulo representa más o menos una hora del trayecto del vuelo entre Dubai y Londres. Es un recurso que, si está ajustado milimétricamente, logra exprimir la tensión al máximo. Hijack ("secuestro aéreo" en español) es un nombre directo para una serie que tiene claro lo que promete: acción. 

En segundo lugar, y casi como atributo central, está la figura de Idris Elba. Con su impronta y magnetismo logra que se pasen por alto los momentos donde la historia se vuelve una fina capa de hielo a punto de quebrarse, por verosimilitud o cambio brusco de algún personaje. La estrella de Luther, y también gran contrafigura en The Wire, encarna a Sam Nelson, un hombre con cierto misterio que sabemos que tiene en tierra en el viejo contienen a una esposa (o ex esposa) a quien ama y a quien anhela volver a ver. Se va descubriendo que cuenta con una enorme habilidad para la negociación en empresas. Un superpoder para nada despreciable cuando estás en un avión tomado por secuestradores. El relato se intercala con tomas en Londres y Dubai con la familia de Sam y con los controladores aéreos. 

Además de este acertado protagónico, un punto fuerte de la propuesta, y pese a algún que otro empaste, es un guión que parece funcionar aceitadamente para tensar la historia y sorprender con giros. En la prensa internacional, quienes pudieron ver la totalidad de los episodios dan indicios de que consigue esquivar las turbulencias. "Las semillas narrativas se siembran, se dejan madurar y se cosechan en el momento justo. Funciona como un reloj sin que los (abundantes) giros más grandes sean predecibles", destaca una nota en The Guardian.

En definitiva, la serie logra mantener a los espectadores atrapados frente a la pantalla como si estuvieran a bordo de un avión. Ya se estrenaron dos de los siete capítulos: esperemos que el viaje valga la pena.