La trama es lo de menos en esta comedia de acción que se ríe de la comedia
Todavía en cartelera, Venom: The Last Dance es el fin de la travesía para el simbionte de Marvel, encarnado en las tres producciones por un hilarante Tom Hardy.
Según parece se acaba Venom (bueno, juzgará usted) y lo que jamás se ha dicho de este antihéroe semivillano alienígena ensamblado con un periodista es que Tom Hardy se divierte y mucho. No solo al ponerse en la piel del reportero Eddie Brock sino también como el propio Venom, a quien le otorga su voz. Aquí se multiplican los simbiontes y el bicho-escriba huye y enfrenta peligros sin cuento.
La trama es un poco lo de menos (todos sabemos lo que vamos a ver), aunque toca la idea de la responsabilidad en la ciencia y, especialmente, en el uso del poder. Responsabilidad moral y también respecto de los medios empleados. Pero, sobre todo, es una comedia de acción que se ríe (no de modo "meta" como Deadpool) del género, mostrando como "maldición" el don extraordinario. Cumple y dignifica.
Venom: The Last Dance no solo concluye una trilogía, sino que también ahonda en el legado de Marvel Comics, trayendo a la pantalla grande adaptaciones visuales de personajes que, hasta ahora, solo habían habitado las páginas de los cómics. Esta última película intenta balancear la fidelidad a las raíces originales con la necesidad de innovar para atraer a una audiencia global diversa.
El desafío de adaptar estos simbiontes es considerable, dado que deben ser visualmente impresionantes y narrativamente complejos. Comparativamente, otros personajes de Venom en entregas anteriores disfrutaron de más desarrollo, lo que les permitió una conexión más profunda con la audiencia. Sin embargo, en Venom: The Last Dance, muchos simbiontes son introducidos y descartados rápidamente, lo que podría dejar a los fans preguntándose qué más podrían haber ofrecido estos personajes si se les hubiera dado más espacio en la historia.
En términos de audiencia, el final de la trilogía de ‘Venom’ se coronó, hasta el momento, como la octava película más exitosa de este 2024 y continúa en la cima de la cartelera, tanto en Estados Unidos como a nivel mundial, por tercer fin de semana consecutivo.
El último capítulo de la saga del simbionete de Sony y Marvel, lleva recaudado 114 millones en EE.UU. y 394 millones a nivel global, cifras muy inferiores a las obtenidas por sus predecesoras, aunque aún significativas e importantes de cara a conseguir la tan ansiada rentabilidad, más y cuando se sabe que contó con un presupuesto de 120 millones.