Temporada de nominaciones

Los premios Razzie a "lo peor del cine" son lo peor del cine

Nacidos como broma interna, los Razzie, cuyas nominaciones se conocen un día antes de las de los Oscar, se convirtieron en el reservorio de las opiniones de los ejecutivos y en una condena a lo que no tiene éxito económico. Por qué son lo peor que le puede pasar a Hollywood.

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Sepa el lector disculpar que la nota que va a leer tenga un sesgo crítico no habitual en esta sección, salvo cuando se trata de recomendaciones y -justamente- críticas. Pero es hora de terminar con la impostura de los premios Razzie, que se anuncian un día antes que los Oscar y se supone que premian "lo peor" de Hollywood. En realidad, digámoslo rápido, son los defensores del negocio grande, de los premios y sirven para lamer las botas de quienes manejan el dinero. Y pocas veces fue más evidente que en esta edición.

Más allá de que sí, hay películas "malas" nominadas (Madame Web, que de todos modos es entretenida, o el despropósito de Borderlands), llama la atención que se les "pegue" a los fracasos comerciales. Los Razzie, que empezó como una broma interna de Hollywood, tiene 1200 votantes que pagan un fee anual (es decir, cualquier persona puede hacerlo) de USD 40 o una membresía de por vida por unos USD 500. Un pequeño negocio a cargo de técnicos de Hollywood.

Este año, las películas más nominadas son Megalópolis y, sobre todo, Guasón: Folie à Deux. En primer lugar, ninguna de las dos lo merece: más allá de que la primera es realmente desaforada y desmañada, tiene momentos de gran cine (y nadie se hubiera metido con Coppola hace veinte años); la segunda es muchísimo mejor que la mayoría de lo que dio Hollywood este año, una película original y arriesgada que cumple con lo que promete: romper el cliché de las películas "de franquicia". Tanto Lady Gaga como Joaquin Phoenix están muy bien, salvo que los han "nominado" aquí como “peores actores”.

El problema no son estos premios que alguna vez fueron una broma (el famoso "roast" de la cultura popular estadounidense: reírse de alguien para bajar la solemnidad) sino que no sólo replican los clichés política -y sobre todo- comercialmente correctos que bajan desde los directorios de los grandes estudios, sino que el aparato de medios les da una trascendencia que ni tienen ni deberían tener. Variety y Hollywood Reporter, los dos "house organ" de Hollywood, lo ponen en lugar destacado en sus portadas. Y nadie dice que ya no valen ni como humorada.

¿Por qué? Porque carecen de riesgo, repiten como loros lo que ordena la prensa y los estudios, no señalan que una película hoy a punto de ganar muchos premios es pésima (Emilia Pérez, y lo saben) porque es duro enfrentarse al aparato que instala favoritos, etcétera. Por una vez, hagámosle justicia y digamos que el Razzie debería ser para los Razzie.

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