LA CHICA DEL MOMENTO

Miedo y asco en Nueva York: Anora, la travesía femenina de brillos y lágrimas que ganó el Premio Oscar 2025

Anora rompió Hollywood después de ganar como Mejor Película en los Oscars y ahora volvió a los cines. Un análisis sobre qué esconde el film del que hablan todos

BBorelli

El sueño americano es una temática que fue llevada al cine cientos de veces. En Anora, la nueva película de Sean Baker que ganó el Premio Oscar 2025, el anhelo y la ilusión por la libertad y la prosperidad de una mujer de 23 años que se dedica al trabajo sexual en el “mejor país del mundo” se ven en peligro cuando finalmente conoce al hombre que, en vez de sacarla de la desidia, la arroja aún más a los lobos. 

El nombre Sean Baker no es desconocido en el mundo del cine: en la actualidad, es uno de los directores que más supo levantar la bandera del cine independiente en su país en la última década y retratar el miedo, el asco y la decadencia de la sociedad estadounidense. Ahora, lejos de entrar en el target de “película independiente” luego de ganar la Palma de Oro y el Premio Oscar a Mejor Película con su cinta de 6 millones de dólares, el cineasta vuelve a darle visibilidad a esas minorías que, por más invisibles que sean, no dejan de caminar por la ciudad de Nueva York. 

La sexualidad, la corporalidad, las injusticias y las traiciones sociales son temáticas que ya son moneda corriente en la filmografía de Baker. En The Florida Project, su película más conocida, el realizador retrata la inocencia de una niña que converge con el escenario de violencia, olvido y desigualdad que vive su madre que ejerce como trabajadora sexual para poder darle de comer a su hija. 

Otras de sus películas también reinciden en este tema: en Tangerine -una película filmada por completo con un iPhone 5s- una prostituta trans descubre que su pareja le fue infiel; así como en Red Rocket, el film disponible en Netflix, anterior a Anora, que se estrenó en 2021, un actor porno retirado vuelve a su tierra natal al sur de Estados Unidos. 

En todos sus trabajos, Baker expone al sueño americano y demuestra que es una farsa. No es la excepción en Anora. Aquí con una Mikey Madison que también se quedó con el Premio Oscar 2025 a Mejor Actriz, la protagonista debe enfrentar la dura realidad luego de creer que fue la elegida para vivir un verdadero cuento de hadas con luces de neon, brillos y tapados de piel. 

Anora, la ganadora del Oscar que causó furor en la industria cinematográfica
Anora, la ganadora del Oscar que causó furor en la industria cinematográfica

Anora -o quizás mejor Ani, como le gusta que se refieran hacia ella- trabaja todas las noches como stripper en un club nocturno. Tiene amigas y también varias enemigas. No se sabe qué es de su familia ni de su intimidad a plena luz del sol. Lo que sí sabemos, es que sabe hablar ruso y sabe muy bien que no pertenece a ese lugar que habita.

El personaje interpretado por Mikey Madison -que ya apareció en la pantalla grande en películas como Once Upon a Time… in Hollywood y en la franquicia de Scream- usa su cuerpo todas las noches para poder vivir. Entre vodka, hits de la música pop y ropa ajustada, la protagonista entiende el lugar que ocupa y no permite que la pisoteen. Sin embargo, las cosas no son fáciles y tampoco parece que fueran a ponerse mejor. 

Como si fuera una Cenicienta centennial, una noche en el club Anora conoce a Iván (Mark Eydelshteyn), un joven ruso hijo de millonarios que está pasando unas vacaciones en Estados Unidos. Luego de varios encuentros sexuales pagos, él le propone a ella ser su novia por una semana por 15 mil dólares. Ella acepta, y lo que empieza como un contrato imaginario en donde ella sale beneficiada, se vuelve una suerte de historia de amor que tiene los minutos contados.

 Mikey Madison y Sean Baker en el Festival Internacional de Cine de Cannes 2024, en donde Anora ganó la Palma de Oro

La fase de luna de miel parece sacada de un cuento: Ani se termina casando con Iván, abandona su trabajo en el club y vive en una mansión soñada. La princesa es rescatada de la desidia por su príncipe. Es como si finalmente hubiese conseguido todo lo que le puede dar más “valor” a ella misma. Un falso valor que, en realidad, no existe. Ahora, todo es más próspero, más feliz y más afortunado. La vida ideal y perfecta que podría tener un estadounidense orgulloso.

Sin embargo, el reloj no tarda mucho en dar las 12 y pinchar esa burbuja de fantasía en la que está sumergida Anora cuando los padres de Iván buscan atentar contra la pareja y anular el matrimonio. La única vía de escape posible de la protagonista se empieza a difuminar; y si en ese momento era Anora contra el mundo, ahora es todos contra Anora. 

La película se transforma en una travesía en la que hay que hacer todo lo posible para que ese ese matrimonio no derrumbe sus estructuras, pero todo es muy difícil cuando Anora se da cuenta que, en realidad, está más sola de lo que ella creía y su relación no era tan genuina como ella así lo creía. Lo que empieza como un vínculo en el que los dos salían beneficiados, de repente explota y deja ver una cruda realidad en la que el hombre la usa para su propio beneficio y a ella la expone al peligro. 

 Mikey Madison y Mark Eydelshteyn en Anora (2024) de Sean Baker
 Mikey Madison y Mark Eydelshteyn en Anora (2024) de Sean Baker

Las disputas de poder en el film son un elemento clave. Todos quieren a Anora, pero muy pocos la quieren por las razones correctas. Todos la persiguen, quieren estar con ella, e incluso la aprisionan en un sillón para que no pueda escapar. Todos la llaman Anora, pero muy pocos la llaman “Ani”, como a ella le gusta.

Anora es una mujer codiciada. La quieren en el club, la quiere su esposo, e incluso los padres de él. También quieren su cuerpo y su autonomía, pero solo está en ella en poder recuperar su propia soberanía y poder acceder a la vida que se merece lejos de los bailes eróticos, lejos de un hombre que se aprovecha de ella y que sea acorde a su edad.

Lejos de ser una película que romantice el trabajo sexual, Baker presenta una dura historia en la que, entre risas y un soundtrack encabezado por All The Things She Said de t.A.T.u, podemos ver el retrato de mujer joven que no es ninguna tonta, pero que hace lo que puede con las herramientas que tiene. 

Al igual que todos los personajes de Sean Baker, Anora es otra víctima del sueño americano y la fantasía errónea que esta idea rodeada de clasismo y meritocracia expone. Llena de miedo, incertidumbre y vulnerabilidad, a lo único que aspira nuestra protagonista es una verdadera libertad soñada en la que pueda tomar sus propias decisiones, y que la vida, de una buena vez, pueda ponerse mejor. 

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